17/12/2020, 15:46
Juro no se quedó quieto: una vez la polvareda se levantó, trató de buscar una posición táctica. Se planteó colocarse detrás de la barra, pero era demasiado estrecho para su gusto y no sabía que clase de trucos guardaba bajo la manga su adversario. Por otro lado, las paredes parecían cerradas a cal y canto, y todo continuaba siendo igual de confuso.
Se desplazó, tratando de encontrar una abertura. Un lugar donde escapar... pero eso era imposible. Por eso, supo que tendría que improvisar y sacar todo su arsenal.
Cuando su adversario apareció, aparentemente expuesto, en el lugar donde antes había estado él, quien fue a recibirle no fue Juro en persona, claro. Atacar cuerpo a cuerpo nunca había sido precisamente su fuerte y menos con alguien como su enemigo.
No. El que fue a recibirlo fue una pequeña marioneta de forma humanoide, que apenas alcanzaba a medir más que la cintura de su usuario. Sobre su cabeza, a modo de pelo, había un trozo de madera pintado de color castaño, y a su espalda arrastraba una curiosa capa morada atada. Pequeña, perfecta para desplazarse sigilosamente por el suelo. Los hilos de chakra unidos a las manos de Juro, a diez metros de distancia, le revelaban, claro, pero Juro no dio tiempo a su adversario a pensarlo mucho: en cuanto hubo visibilidad, la marioneta se lanzó con ambas manos en alto hacia él, aprovechando su descuido.
Mientras se alzaba, se podía apreciar el brillo metálico de las dos cuchillas acoplables, una en cada mano. La primera cuchilla iba directa a clavarse en el cuello del clon, y otra, a hundirse en su pecho.
1 AO
Se desplazó, tratando de encontrar una abertura. Un lugar donde escapar... pero eso era imposible. Por eso, supo que tendría que improvisar y sacar todo su arsenal.
Cuando su adversario apareció, aparentemente expuesto, en el lugar donde antes había estado él, quien fue a recibirle no fue Juro en persona, claro. Atacar cuerpo a cuerpo nunca había sido precisamente su fuerte y menos con alguien como su enemigo.
No. El que fue a recibirlo fue una pequeña marioneta de forma humanoide, que apenas alcanzaba a medir más que la cintura de su usuario. Sobre su cabeza, a modo de pelo, había un trozo de madera pintado de color castaño, y a su espalda arrastraba una curiosa capa morada atada. Pequeña, perfecta para desplazarse sigilosamente por el suelo. Los hilos de chakra unidos a las manos de Juro, a diez metros de distancia, le revelaban, claro, pero Juro no dio tiempo a su adversario a pensarlo mucho: en cuanto hubo visibilidad, la marioneta se lanzó con ambas manos en alto hacia él, aprovechando su descuido.
Mientras se alzaba, se podía apreciar el brillo metálico de las dos cuchillas acoplables, una en cada mano. La primera cuchilla iba directa a clavarse en el cuello del clon, y otra, a hundirse en su pecho.
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Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60