24/12/2020, 18:22
Yui resopló. Podía dejar pasar por alto muchas cosas, ¿pero aquella?
—¿Nuestra mejor carta? ¿Qué te crees, pedazo besugo, que no soy más que un sello explosivo preparado para estallar cuando vosotros queráis? ¡De eso nada, con el Gobernador tengo que hablar yo! —dijo.
»Estoy de acuerdo, no obstante, en que tenemos que encontrar un lugar seguro. Pero eso va a ser difícil si no sabemos quién es amigo y quien es enemigo.
Los tres estuvieron un rato en silencio. Las horas pasaron, lentas, y a medida que se acercaban a Yukio el vaho se acumulaba en los cristales. Fuera, sólo una inacabable extensión de nieve, y las montañas del Valle Aodori al fondo.
—Eh, Ayame. ¿Cómo lo llevas con Daruu? —Yui le dio un codazo a Ayame, sonriente—. ¿Vais a vivir siempre bajo la atenta mirada del águila o vas a echar el vuelo de una puta vez? He oído que ahora sabes invocar halcones.
—¿Nuestra mejor carta? ¿Qué te crees, pedazo besugo, que no soy más que un sello explosivo preparado para estallar cuando vosotros queráis? ¡De eso nada, con el Gobernador tengo que hablar yo! —dijo.
»Estoy de acuerdo, no obstante, en que tenemos que encontrar un lugar seguro. Pero eso va a ser difícil si no sabemos quién es amigo y quien es enemigo.
Los tres estuvieron un rato en silencio. Las horas pasaron, lentas, y a medida que se acercaban a Yukio el vaho se acumulaba en los cristales. Fuera, sólo una inacabable extensión de nieve, y las montañas del Valle Aodori al fondo.
—Eh, Ayame. ¿Cómo lo llevas con Daruu? —Yui le dio un codazo a Ayame, sonriente—. ¿Vais a vivir siempre bajo la atenta mirada del águila o vas a echar el vuelo de una puta vez? He oído que ahora sabes invocar halcones.