10/01/2021, 23:37
Todo irá bien...
—¡Oh, sí! —exclamó Yui, juntando las palmas de las manos—. Uno muy bueno. Ya veréis.
Todo está bien...
Y así, contentos, felices, complacidos, los tres shinobi se dirigieron al Cálido Descanso, un onsen a las afueras de Yukio donde el calor de las aguas termales contrastaba con el frío del exterior. Kaido reflexionó un buen rato en la zona para hombres, quizás sobre su regreso a Amegakure, quizás sobre lo agradable que era pasar un fin de año con su verdadera familia. Yui interrogó a Ayame hasta el hastío sobre cosas que la avergonzaban, y se quejó varias veces del puto frío que hacía fuera. Pero a una el onsen le hacía olvidarse de todo, hasta del frío. Sea como fuere, una hora después ninguno se acordaba de sus reflexiones, las preguntas, las conversaciones. Estaban a gusto, muy a gusto.
En Yukio todos somos y seremos felices...
Los tres acordaron darse una buena comilona: los puestos de comidas ambulantes vendían todo tipo de bollos rellenos. Los de carne de cerdo especiada estaban muy, muy ricos. Juntos esperaron al anochecer, y disfrutaron de un espectáculo magnífico de fuegos artificiales, acompañado de la alegre melodía que sonaba por los altavoces dispuestos tras cada esquina. Una música relajante, un bálsamo para los sentidos. Piezas sin letra, de shamisen.
No hay por qué pensar...
Encontraron una posada cálida y vacía, muy confiable. Perfecta para su cometido: ¡las dos semanas de vacaciones que se habían tomado junto a la Tormenta! No se lo podían creer: todo estaba siendo tan, tan feliz...
El año nuevo es una época feliz, todos a disfrutar... nada de pensar...
Se bebieron un chocolate caliente y se fueron a dormir, cada uno a su habitación. Tapados, con la habitación bien aislada. Las sábanas, las más suaves del mundo... el colchón, ni muy blando, ni muy duro... y de fondo, la dulce melodía sin letra que ahora les invitaba a dormir...
No pienses, duerme...
...a dormir...
...duerme...
OBEDECE, OBEDECE, OBEDECE, OBEDECE.
A las dos de la madrugada de la sexta noche en Yukio, Ayame despertó de golpe. ¡Vaya susto! Estaba soñando algo muy raro. Ella, Kaido y Yui no habían viajado a Yukio por placer, sino para ¡investigar sobre los Generales de Kurama! Durante unos días, se había olvidado de su cometido, y en sueños se daba cuenta de que la sintonía shamisen de fin de año de Yukio tenía una letra... que le decía... que le decía...
OBEDECE.
Ayame sintió una punzada en el pecho y un pitido en los oídos. ¿Qué estaba...?
DUERME.
A Ayame se le empezaron a cerrar los párpados. Se tumbó en la cama y, complaciente, comenzó a taparse con las sábanas...
OBEDECE, DUERME. OBEDECE.
¡OBEDECE!
¡OBEDECE!
Tirada de (Voluntad 40) (+1): -++-, total -> +1, insuficiente
Ayame accionó el interruptor de la lámpara y durmió plácidamente. Tan sólo había sido un sueño. A la mañana siguiente, ni siquiera recordaría haberlo tenido.
· · ·
La mañana había amanecido soleada y cálida, o al menos menos fría que los días anteriores. Yui, Kaido y Ayame estaban desayunando en las mesas del Cálido Descanso. Por algún motivo, Aotsuki tenía unas ojeras descomunales.
—Vaya careto, Ayame —rio Yui—. Bueno, ¿qué os apetece hacer hoy? Podríamos visitar el Valle Aodori, no creéis? Hace mucho que no lo visito. Con eso de ser la Arashikage, y luego la Tormeeeentaaa —dijo, con porte teatral.
Todos sintieron un pequeño pinchazo y un ligero pitido en los oídos. De pronto, la idea de Yui parecía... estúpida. ¿Por qué iban a salir de Yukio? ¡Aquella ciudad era tan bonita, tan...!
»Nah, nah, era una mierda de idea. Mejor nos vamos al museo arqueológico, ¿eh? He oído que hay un esqueleto de una especie de pájaro gigantesco. Un dinosaurio volador. ¡Increible! ¿Verdad?
A los otros dos les pareció una buenísima idea.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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