2/02/2021, 16:54
(Última modificación: 2/02/2021, 17:00 por Aotsuki Ayame. Editado 2 veces en total.)
Desde las palmas de la mano de Uzumaki Eri surgieron dos brillantes cadenas que alcanzaron a Akashi en medio de su salto contra ella. La Muerte Sangrienta había movido el brazo, en un vano intento por bloquearlas con su guadaña, pues no podría haber esperado que esas cadenas no fuesen normales y además estuviesen constituidas por chakra. Como resultado, el hombre quedó con los brazos inmovilizados al tronco, pero seguía mirándola con aquella afilada sonrisa y aquellos ojos cargados de sangre.
—Je, je, je... ¿Y ahora qué, niñita? —preguntó, relamiéndose—. ¿Vas a golpearme? ¿Vas a... matarme? ¡Vamos, hazlo, estás deseándolo!
Justo entonces Yuki, transformado en su apariencia de niño, se lanzó a abrazarse a las piernas de Akashi para terminar de retenerlo. Pero el hombre se giró en el último momento y le asestó una tremenda patada en el estómago, lanzándolo contra la pared opuesta.
Yota llegó en ese momento a la entrada de la caverna para ver el panorama: a Eri, justo a su lado aparentemente ilesa; a Daruu, más allá, casi inconsciente sobre un charco de sangre y con sus manos entrelazándose como buenamente podía; y a Akashi justo enfrente, a poco más de tres o cuatro metros, atado a la altura del tronco por las brillantes cadenas de la Uzumaki. Pero no venía solo, y Eri no tardó en reparar en la araña que le acompañaba...
El terror la invadió. Las cadenas se deshicieron con un delicado tintineo, y Akashi se agachó con las manos entrelazadas en el sello del Perro y su cuerpo comenzó a hundirse bajo tierra con aquella siniestra sonrisa permanente en su rostro.
—Je, je, je... ¿Y ahora qué, niñita? —preguntó, relamiéndose—. ¿Vas a golpearme? ¿Vas a... matarme? ¡Vamos, hazlo, estás deseándolo!
Justo entonces Yuki, transformado en su apariencia de niño, se lanzó a abrazarse a las piernas de Akashi para terminar de retenerlo. Pero el hombre se giró en el último momento y le asestó una tremenda patada en el estómago, lanzándolo contra la pared opuesta.
Yota llegó en ese momento a la entrada de la caverna para ver el panorama: a Eri, justo a su lado aparentemente ilesa; a Daruu, más allá, casi inconsciente sobre un charco de sangre y con sus manos entrelazándose como buenamente podía; y a Akashi justo enfrente, a poco más de tres o cuatro metros, atado a la altura del tronco por las brillantes cadenas de la Uzumaki. Pero no venía solo, y Eri no tardó en reparar en la araña que le acompañaba...
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Voluntad de Eri: 50 (+1), Fobia agudizada a las arañas: +1 a la Dificultad
Resultado final: -1 | Dificultad: +2
Fracaso
Voluntad de Eri: 50 (+1), Fobia agudizada a las arañas: +1 a la Dificultad
Resultado final: -1 | Dificultad: +2
Fracaso
El terror la invadió. Las cadenas se deshicieron con un delicado tintineo, y Akashi se agachó con las manos entrelazadas en el sello del Perro y su cuerpo comenzó a hundirse bajo tierra con aquella siniestra sonrisa permanente en su rostro.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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