5/02/2021, 20:01
¿Conocen lo que es una escena rara? Pues justamente la que acababa de suceder frente a los ojos de Nao cuando su líder finalmente apareció, y se trataba de un chico gigantón de piel azul y dientes muy filosos. No le gustaba ser maleducado, pero no pudo evitar parpadear varias veces al distinguir su figura. «¿Pero de que libro han sacado a este sujeto?» Lo primero que se le vino a la mente es que Kaido encajaba en la vieja descripción de un samebito o kōjin. Físicamente era similar a las descripciones de esos hombres tiburón de los cuentos, o al menos de la cintura para arriba, aunque el color de piel desencajaba también. Pero bueno, los mitos tenían que venir de algún lado, ¿no? En general, él tenía esa visión que muchos cuentos misteriosos que dibujó su abuelo en los emaki, tenían raíz en el mundo ninja. Pues desde la vista de los civiles, los ninja eran una suerte de hechiceros o similar. Lo que no sé esperó, es que alguno de esos viejos cuentos era mucho más literal de lo que pensaba.
Por su lado, el cliente se tomó la llegada del otro dando un brinco de sobresalto al ver al escualo humanoide.
—¡Ay pero no me den estos sustos! Que he visto ya varias cosas en la vida pero no a alguien tan terrorífico, y mira que a mi edad eso ya es mucho decir — El hombre se llevó la mano al pecho, aunque la sorpresa pasó a enojo cuando el muchacho despreció su amado transporte. —Te perdono que casi me mates de un infarto pero no que te metas con mi carruaje. Que sí, que el mundo avanza, pero soy de la vieja escuela y me gusta lo clásico. Así que mientras me pueda dar el lujo de viajar como pueda, lo haré. ¡Además ya lo traje hasta aquí! No pienso irme en tren ahora —. Somató su bastón contra el piso para terminar de afirmar su posición.
Nao por su lado no sabía ni como reaccionar ante el circo de irreverencia que tenía delante. Suspiró y se llevó la mano al cinto, sacando un pincel y llevándoselo a los labios para intentar relajarse con aquel viejo mal hábito. De paso su aparente compañera no tenía inconvenientes en llamarlo por su nombre, sin honorífico alguno. «Quizá el desactualizado soy yo. Bueno, supongo que vivir con el viejo también tiene que pasar factura.»
No hizo más que una leve reverencia ante el sonriente chūnin, en vistas de que su compañera ya lo había presentado.
—Yo no tengo inconveniente en el transporte que quieran usar. El que decidan sea el más apropiado, por mí está bien. — No deseaba discutir por algo sin sentido.
Por su lado, el cliente se tomó la llegada del otro dando un brinco de sobresalto al ver al escualo humanoide.
—¡Ay pero no me den estos sustos! Que he visto ya varias cosas en la vida pero no a alguien tan terrorífico, y mira que a mi edad eso ya es mucho decir — El hombre se llevó la mano al pecho, aunque la sorpresa pasó a enojo cuando el muchacho despreció su amado transporte. —Te perdono que casi me mates de un infarto pero no que te metas con mi carruaje. Que sí, que el mundo avanza, pero soy de la vieja escuela y me gusta lo clásico. Así que mientras me pueda dar el lujo de viajar como pueda, lo haré. ¡Además ya lo traje hasta aquí! No pienso irme en tren ahora —. Somató su bastón contra el piso para terminar de afirmar su posición.
Nao por su lado no sabía ni como reaccionar ante el circo de irreverencia que tenía delante. Suspiró y se llevó la mano al cinto, sacando un pincel y llevándoselo a los labios para intentar relajarse con aquel viejo mal hábito. De paso su aparente compañera no tenía inconvenientes en llamarlo por su nombre, sin honorífico alguno. «Quizá el desactualizado soy yo. Bueno, supongo que vivir con el viejo también tiene que pasar factura.»
No hizo más que una leve reverencia ante el sonriente chūnin, en vistas de que su compañera ya lo había presentado.
—Yo no tengo inconveniente en el transporte que quieran usar. El que decidan sea el más apropiado, por mí está bien. — No deseaba discutir por algo sin sentido.