10/03/2021, 18:52
—Supongo que vivimos en una época muy triste, dónde es necesario desconfiar de todo aquel que no conocemos — Dijo con tono resignado.
Así era la vida ninja, pero esperaba que al menos en su caso las palabras le ayudasen a evitar meterse en problemas. El genin de la lluvia quería ser lo más transparente posible con su forma de actuar, así que necesitaba comunicarle su status a la muchacha lo antes posible, por lo que se acomodó y con un pequeño salto decidió bajar al suelo. Cayó con sus rodillas flexionadas y luego se incorporó lentamente. De shinobi tenía como mucho el adjetivo, porque en cuando a presteza estaba tan novato cómo el día de salió de la academia y podía apreciarse a simple vista con su leve "torpeza" pero no con ello con menos confianza.
—Un gusto en conocerle, Sagisō-san. Mi nombre es Akamatsu Nao — Hizo una reverencia para presentarse.
Ya estando de cerca, finalmente pudo darse cuenta del símbolo de la bandana de la muchacha. «Kusa...» Entendía que no estaban en buenos términos, pero tampoco en malos del todo. ¿Y a él que le importaba? Debería y no, pero aún por muy maduro que se creyese, ciertamente carecía de experiencia para juzgar y su corazón prefería fingir que lo que ocurría al mundo no tenía nada que ver con él. Solo quedaba esperar la reacción de la chica a cuando esta se diese cuenta de que portaba una bandana de la lluvia.
—¿Pintor dice? Ciertamente dibujo y pinto, pero no sé si mi arte está a la altura para que me otorgue ese título — Volvió a reír con su postura relajada. —Aunque creo que se me va a mezclar con mi otro trabajo — Se cruzó de brazos y vio de reojo a su propia bandana.
Todo parecía normal hasta el momento, hasta que de pronto hubo un extraño ruido en la lejanía. «¿Huh?» De inmediato bajó los brazos y empezó a observar a los alrededores tratando de discernir de dónde provenía el ruido.
Parecía una serie de golpes, y algo que vagamente podía parecer un grito humano. El eco distorsionaba los sonidos, y más pronto que tarde los golpes parecían alguna clase de galope de los cascos de un caballo. «¿En un bosque tan estrecho como este?»
—¿Escuchó ese ruido? — Volvió a centrar sus ojos rojizos en su interlocutora.
Así era la vida ninja, pero esperaba que al menos en su caso las palabras le ayudasen a evitar meterse en problemas. El genin de la lluvia quería ser lo más transparente posible con su forma de actuar, así que necesitaba comunicarle su status a la muchacha lo antes posible, por lo que se acomodó y con un pequeño salto decidió bajar al suelo. Cayó con sus rodillas flexionadas y luego se incorporó lentamente. De shinobi tenía como mucho el adjetivo, porque en cuando a presteza estaba tan novato cómo el día de salió de la academia y podía apreciarse a simple vista con su leve "torpeza" pero no con ello con menos confianza.
—Un gusto en conocerle, Sagisō-san. Mi nombre es Akamatsu Nao — Hizo una reverencia para presentarse.
Ya estando de cerca, finalmente pudo darse cuenta del símbolo de la bandana de la muchacha. «Kusa...» Entendía que no estaban en buenos términos, pero tampoco en malos del todo. ¿Y a él que le importaba? Debería y no, pero aún por muy maduro que se creyese, ciertamente carecía de experiencia para juzgar y su corazón prefería fingir que lo que ocurría al mundo no tenía nada que ver con él. Solo quedaba esperar la reacción de la chica a cuando esta se diese cuenta de que portaba una bandana de la lluvia.
—¿Pintor dice? Ciertamente dibujo y pinto, pero no sé si mi arte está a la altura para que me otorgue ese título — Volvió a reír con su postura relajada. —Aunque creo que se me va a mezclar con mi otro trabajo — Se cruzó de brazos y vio de reojo a su propia bandana.
Todo parecía normal hasta el momento, hasta que de pronto hubo un extraño ruido en la lejanía. «¿Huh?» De inmediato bajó los brazos y empezó a observar a los alrededores tratando de discernir de dónde provenía el ruido.
Parecía una serie de golpes, y algo que vagamente podía parecer un grito humano. El eco distorsionaba los sonidos, y más pronto que tarde los golpes parecían alguna clase de galope de los cascos de un caballo. «¿En un bosque tan estrecho como este?»
—¿Escuchó ese ruido? — Volvió a centrar sus ojos rojizos en su interlocutora.