2/04/2021, 15:10
Dentro del País de la Tierra, existe un camino de lo más peculiar. Conocido en todas partes como ruta de peregrinación, asciende en forma de una serpenteante escalera de piedra por la montaña más grande del país, denominada como Cielo. A pesar de esta similitud, la cantidad de escalones y los enormes pilares puntiagudos que rodean cada tramo del camino hace parecer más bien, a los que se atreven a recorrerlo, que están experimentando un desesperante infierno.
Y ahí estaba Juro, recorriendo aquel estúpido camino, a pesar de que lo que debería haber hecho, hace ya un rato, habría sido dar la vuelta y regresar por donde había llegado.
Desde que había partido de su encuentro con Zaide, muchas dudas habían comenzado a revolverse en su interior. A pesar de que quería establecer un plan por su cuenta, no podía evitar el estar de acuerdo con el Uchiha: dar vueltas sin ningún sentido no le iba a llevar a ningún sitio. El País del Viento, sin embargo, tenía un cierto atractivo para él. No solo ya conocía el lugar, sino que la existencia de un señor feudal y la posibilidad de que Kurama apareciera ahí le daba una ventaja que antes no había imaginado.
Sin embargo, en lo que parecía el camino de vuelta al lugar donde había pasado casi un año escondiendose, se había topado de ello con el País de Tierra en medio. Y en cuanto había escuchado hablar de esta montaña, su cuerpo no había resistido el impulso de escalarla. Puede que fuera una señal, pero esa montaña se llamaba igual que el cielo que tanto añoraba Chōmei (y, por extensión, el propio Juro). ¿Y si de verdad había algo aguardando por ellos ahí?
Aunque eso lo vería, claro está, si lograba escalarla.
— Y una mierda. ¿Y si nos encontramos a alguien por el camino?
No se dignó a contestarle. Chōmei daba buenos consejos cuando quería, pero ya había aprendido, después de mucho tiempo, que le encantaba fastidiar al personal. Era como un niño pequeño. Entrañable, pero con el tiempo, se podía poner muy pesado.
Lo cierto es que en algo le tenía que dar la razón. En aquel momento, se encontraba subiendo los escalones de uno de los tramos medios del recorrido. Por suerte, no se habían topado aún con nadie en aquel ascenso, quizá por las frías temperaturas. De cualquier manera, Juro prefería evitar una situación peligrosa. Se había camuflado con un henge, para aparentar ser un hombre adulto, que rondaría los treinta años, con una frondosa barba y pelo castaño, con unas entradas que apuntaban ya hacia una calvicie futura. Sus ojos seguían igual de marrones, pero más oscuros. Conservaba su tamaño, pero era bastante más corpulento. Se arrebujaba en una manta negra, que tapaba la mayor parte de su figura, a excepción de su rostro.
Y ahí estaba Juro, recorriendo aquel estúpido camino, a pesar de que lo que debería haber hecho, hace ya un rato, habría sido dar la vuelta y regresar por donde había llegado.
Desde que había partido de su encuentro con Zaide, muchas dudas habían comenzado a revolverse en su interior. A pesar de que quería establecer un plan por su cuenta, no podía evitar el estar de acuerdo con el Uchiha: dar vueltas sin ningún sentido no le iba a llevar a ningún sitio. El País del Viento, sin embargo, tenía un cierto atractivo para él. No solo ya conocía el lugar, sino que la existencia de un señor feudal y la posibilidad de que Kurama apareciera ahí le daba una ventaja que antes no había imaginado.
Sin embargo, en lo que parecía el camino de vuelta al lugar donde había pasado casi un año escondiendose, se había topado de ello con el País de Tierra en medio. Y en cuanto había escuchado hablar de esta montaña, su cuerpo no había resistido el impulso de escalarla. Puede que fuera una señal, pero esa montaña se llamaba igual que el cielo que tanto añoraba Chōmei (y, por extensión, el propio Juro). ¿Y si de verdad había algo aguardando por ellos ahí?
Aunque eso lo vería, claro está, si lograba escalarla.
« ¡Me aburro! Caminar tanto nos va a dar mala suerte.
¡Vamos a estirar las alas un rato!»
¡Vamos a estirar las alas un rato!»
— Y una mierda. ¿Y si nos encontramos a alguien por el camino?
«Menudo cobardica eres, Juro-kun.
Vivir con miedo es algo muy desafortunado jejeje»
Vivir con miedo es algo muy desafortunado jejeje»
No se dignó a contestarle. Chōmei daba buenos consejos cuando quería, pero ya había aprendido, después de mucho tiempo, que le encantaba fastidiar al personal. Era como un niño pequeño. Entrañable, pero con el tiempo, se podía poner muy pesado.
Lo cierto es que en algo le tenía que dar la razón. En aquel momento, se encontraba subiendo los escalones de uno de los tramos medios del recorrido. Por suerte, no se habían topado aún con nadie en aquel ascenso, quizá por las frías temperaturas. De cualquier manera, Juro prefería evitar una situación peligrosa. Se había camuflado con un henge, para aparentar ser un hombre adulto, que rondaría los treinta años, con una frondosa barba y pelo castaño, con unas entradas que apuntaban ya hacia una calvicie futura. Sus ojos seguían igual de marrones, pero más oscuros. Conservaba su tamaño, pero era bastante más corpulento. Se arrebujaba en una manta negra, que tapaba la mayor parte de su figura, a excepción de su rostro.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60