4/04/2021, 16:21
(Última modificación: 4/04/2021, 16:22 por Aotsuki Ayame.)
—No... No necesito nada —Mai respondió a la pregunta de Eri. Aunque pareció pensárselo mejor, porque la expresión de su rostro cambió y entonces añadió—: Bueno, sí... Preferiría que os dierais la vuelta y cerrarais los ojos.
Lo hicieran o no, Mai apoyó las manos con suavidad en el torso herido de Daruu y entonces se inclinó hacia él lentamente, con las mejillas encendidas y los ojos brillantes. Lentamente, acercó el rostro al de él y terminó fundiendo sus labios con los del muchacho inconsciente. Un súbito brillo esmeralda iluminó la oscuridad del bosque y la herida de Daruu comenzó a cerrarse a toda velocidad. El profundo corte se convirtió en apenas una cicatriz pálida que le atravesaba el pecho y sólo quedó la sangre reseca como testigo del profundo sufrimiento por el que había tenido que pasar.
—Ya está. Sano y salvo —susurró, con una sonrisa en los labios. Con las manos aún apoyadas en su cuerpo, Mai se separó de él con delicadeza y observó su reacción. No tardaría en recuperar la consciencia.
Lo hicieran o no, Mai apoyó las manos con suavidad en el torso herido de Daruu y entonces se inclinó hacia él lentamente, con las mejillas encendidas y los ojos brillantes. Lentamente, acercó el rostro al de él y terminó fundiendo sus labios con los del muchacho inconsciente. Un súbito brillo esmeralda iluminó la oscuridad del bosque y la herida de Daruu comenzó a cerrarse a toda velocidad. El profundo corte se convirtió en apenas una cicatriz pálida que le atravesaba el pecho y sólo quedó la sangre reseca como testigo del profundo sufrimiento por el que había tenido que pasar.
—Ya está. Sano y salvo —susurró, con una sonrisa en los labios. Con las manos aún apoyadas en su cuerpo, Mai se separó de él con delicadeza y observó su reacción. No tardaría en recuperar la consciencia.
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