7/04/2021, 15:07
(Última modificación: 7/04/2021, 15:13 por Akamatsu Nao. Editado 1 vez en total.)
La repentina entrada de Datsue a la tarima, no pareció perturbar demasiado a los que se encontraban en ella. Tras escucharlo hablar, Konda dirigió su mirada sin miedo alguno hacia el Uchiha mientras se llevaba las manos hacía atrás a al espalda, dedicándole una suave sonrisa. Entre tanto, el otro par parecía seguir con su duelo de miradas mientras sus brazos seguían en lo alto ejerciendo presión en un duelo que no ninguno de los dos pareciese que iba a ganar fácilmente.
—Oye no sé quién seas, pero ando demasiado ocupado ahora mismo. Seguro tenemos alguna rencilla pendiente y tal, pero no eres el primero en la fila. ¿Puedes regresar más tarde a por tu respectiva venganza? Lo único que quiero ahora mismo es partirle el cráneo al señor del trajesito —. Diría sin apartar la mirada de quién tenía enfrente.
El otro sujeto permanecía silente en lo absoluto. Mientras que Konda, seguía observando la escena con su sonrisa.
—Así que tú eras otro de los shinobi que permanecía entre el público, pero sólo tú has saltado a la acción. Parece que conoces a este patán, ¿estarías dispuesto a echarnos una mano con él? No es que desconfíe, pero aunque parece que tengamos un enemigo en común soy alguien precavido y quiero asegurarme de que no es un teatro de confabulaciones — Pese a que decía dudar, no lo hacía. Datsue podía verlo, el tipo en realidad estaba demasiado calmado y seguro.
—Nii-sama, ¿está bien que sigas aquí? — Volteó a verle la mujer.
La mayoría del público se había dispersado y Nao finalmente salió del humo, pudiendo entonces observar a todos los que estaban en la tarima. «Ese par de fortachones ahí encima me dice que esta pelea no es para mí, definitivamente.» Aún tosía un poco, necesitaba recuperar el aliento luego del humo. De igual manera, estaba alerta a cualquier cosa que pudiera suceder. «¿Y la guardia?» Logró percatarse que de pronto, la mujer que antes había estado dispersando a los miembros de la prensa no se hallaba más en el lugar pese a ser de la supuesta seguridad.
—Oye no sé quién seas, pero ando demasiado ocupado ahora mismo. Seguro tenemos alguna rencilla pendiente y tal, pero no eres el primero en la fila. ¿Puedes regresar más tarde a por tu respectiva venganza? Lo único que quiero ahora mismo es partirle el cráneo al señor del trajesito —. Diría sin apartar la mirada de quién tenía enfrente.
El otro sujeto permanecía silente en lo absoluto. Mientras que Konda, seguía observando la escena con su sonrisa.
—Así que tú eras otro de los shinobi que permanecía entre el público, pero sólo tú has saltado a la acción. Parece que conoces a este patán, ¿estarías dispuesto a echarnos una mano con él? No es que desconfíe, pero aunque parece que tengamos un enemigo en común soy alguien precavido y quiero asegurarme de que no es un teatro de confabulaciones — Pese a que decía dudar, no lo hacía. Datsue podía verlo, el tipo en realidad estaba demasiado calmado y seguro.
—Nii-sama, ¿está bien que sigas aquí? — Volteó a verle la mujer.
La mayoría del público se había dispersado y Nao finalmente salió del humo, pudiendo entonces observar a todos los que estaban en la tarima. «Ese par de fortachones ahí encima me dice que esta pelea no es para mí, definitivamente.» Aún tosía un poco, necesitaba recuperar el aliento luego del humo. De igual manera, estaba alerta a cualquier cosa que pudiera suceder. «¿Y la guardia?» Logró percatarse que de pronto, la mujer que antes había estado dispersando a los miembros de la prensa no se hallaba más en el lugar pese a ser de la supuesta seguridad.