7/04/2021, 16:44
(Última modificación: 7/04/2021, 16:45 por Eikyuu Juro. Editado 1 vez en total.)
Juro bajó lentamente los brazos, al mismo ritmo que Ayame. Desde luego, era una situación curiosa para ver; un exiliado y una Jōnin bajando y subiendo sus manos en mitad de la nada.
La conversación estaba yendo bien y hasta pareció creerle — con reservas, por supuesto, pero no podía culparla de eso, ya que cualquier persona con dos dedos de frente las tendría. Sin embargo, la breve mención que hubo hacia la reunión que ambos tuvieron anteriormente fue solapada, en seguida, por el gesto serio y la pregunta que por supuesto, ya se esperaba recibir. Antes de cualquier tipo de reunión, Ayame quería detalles.
Supuso que aquella situación no era mala del todo. Si la chica había esperado que él estuviera aliado con Kurama — lo cuál, teniendo en cuenta su situación y la pregunta, era probable —, cualquier otra cosa que le contara sería para bien. Y en el peor de los casos, al menos otra persona más sabría lo que le había ocurrido por si él no podía contarlo en el futuro.
— No es precisamente algo que sea fácil de explicar — explicó, mientras exhalaba un profundo suspiro. No sabía cuánto debía contarle y cómo de dispuesta estaría a escucharlo, así que antes de nada, prefirió aclarar algo —.Probablemente pensarás que quise traicionar a mi villa, pero la verdad es que no es así. Kusagakure sigue siendo mi hogar y lo será hasta el día de mi muerte. Ahí vive mi familia, mis amigos y mis compañeros. También siguen siendo las personas más importantes para mí, aunque probablemente, ellos ahora mismo me odiarán. Mi idiotez podría haberlos matado, así que no les culpo.
» Mis intenciones no fueron asesinar a mi antiguo líder, pero bueno, ya sabes lo que se dice, el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones— Hizo una mueca. Su abuela siempre le había dicho esa frase y era la primera vez donde veía su verdadero significado. ¿Qué estaría haciendo su abuela ahora mismo? Pensar en ello le provocó una angustia indescriptible —. En ese momento, solo quería escapar de él. Huir lo más lejos posible y ponernos a salvo. Pero él me persiguió y la cosa se descontroló. Yo me descontrolé. Chōmei no tuvo la culpa.
La conversación estaba yendo bien y hasta pareció creerle — con reservas, por supuesto, pero no podía culparla de eso, ya que cualquier persona con dos dedos de frente las tendría. Sin embargo, la breve mención que hubo hacia la reunión que ambos tuvieron anteriormente fue solapada, en seguida, por el gesto serio y la pregunta que por supuesto, ya se esperaba recibir. Antes de cualquier tipo de reunión, Ayame quería detalles.
Supuso que aquella situación no era mala del todo. Si la chica había esperado que él estuviera aliado con Kurama — lo cuál, teniendo en cuenta su situación y la pregunta, era probable —, cualquier otra cosa que le contara sería para bien. Y en el peor de los casos, al menos otra persona más sabría lo que le había ocurrido por si él no podía contarlo en el futuro.
— No es precisamente algo que sea fácil de explicar — explicó, mientras exhalaba un profundo suspiro. No sabía cuánto debía contarle y cómo de dispuesta estaría a escucharlo, así que antes de nada, prefirió aclarar algo —.Probablemente pensarás que quise traicionar a mi villa, pero la verdad es que no es así. Kusagakure sigue siendo mi hogar y lo será hasta el día de mi muerte. Ahí vive mi familia, mis amigos y mis compañeros. También siguen siendo las personas más importantes para mí, aunque probablemente, ellos ahora mismo me odiarán. Mi idiotez podría haberlos matado, así que no les culpo.
» Mis intenciones no fueron asesinar a mi antiguo líder, pero bueno, ya sabes lo que se dice, el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones— Hizo una mueca. Su abuela siempre le había dicho esa frase y era la primera vez donde veía su verdadero significado. ¿Qué estaría haciendo su abuela ahora mismo? Pensar en ello le provocó una angustia indescriptible —. En ese momento, solo quería escapar de él. Huir lo más lejos posible y ponernos a salvo. Pero él me persiguió y la cosa se descontroló. Yo me descontrolé. Chōmei no tuvo la culpa.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60