15/04/2021, 15:32
(Última modificación: 15/04/2021, 15:42 por Akamatsu Nao. Editado 1 vez en total.)
Nao parpadeó confundido. Datsue no dio detalles al respecto, y la última frase no le indicaba absolutamente nada importante e interesante sobre su rivalidad y estaba decepcionado de no poder satisfacer su curiosidad. Suspiró y se limitó a remojar las galletas en el el líquido caliente antes de llevársela a los labios para saborearla con parsimonía.
—En resumidas cuentas, un abusador que se mete con los más débiles — Sopló la taza. No le gustaba que estuviese hirviendo. —No debí pedir una bebida caliente en un clima cálido como este... — Se lamentó.
Era otoño, pero para él todo lo que no fuera nieve era calor.
Pasaría un rato más degustando su postre en la medida de lo posible. Si Datsue no hablaba, él no iba a hacerlo. Nao era más de escuchar, pero si sus preguntas no eran respondidas, no tenía mucho sentido que abriese la boca y se reservaría su opinión, manteniéndose silente. Aunque no pasaría mucho cuando de pronto desvió la mirada en cuanto los roedores entraron en fila por la puerta de la cafetería y caminaron por el borde de la pared acercándose hasta la mesa donde se hallaban los dos shinobi. Se tomó una pausa para sacar de nuevo el pergamino y los ratones brincaron de regreso al papel que les había dado la vida, formando un completo reporte.
—Bueno, tenemos lectura para la merienda, aunque tenemos un problema... — Hizo una mueca. —Envié ocho, y han vuelto siete. He de temer que uno fue interceptado... — Suspiró mientras le tendía el pergamino a Datsue. No necesitaba dar más detalles pues confiaba en que Datsue iba a deducir que ahora el factor sorpresa podría estar comprometido.
—La mayoría no encontró nada, pero hay un par que encontraron información relevante: Cierta señora de un vecindario parece estar angustiada por un hombre con la descripción física de Kid que parece merodea en el sector sureste de la ciudad dónde no hay demasiados puestos comerciales, sino más bien es una zona residencial. Y en segundo, parece que algunos guardias de la seguridad de la ciudad han oído rumores de figuras encapuchadas cerca de ese mismo sector — Se recostó en el respaldo de su asiento y bebió su chocolate. —Ya tenemos un sitio dónde buscar, aunque lo de los encapuchados no sé si estará relacionado con él... Podría ser un indicativo de que se cocinan cosas turbias en esa parte.
El texto presentado por los ratones presentaba la descripción de las zonas de los avistamientos.
—En resumidas cuentas, un abusador que se mete con los más débiles — Sopló la taza. No le gustaba que estuviese hirviendo. —No debí pedir una bebida caliente en un clima cálido como este... — Se lamentó.
Era otoño, pero para él todo lo que no fuera nieve era calor.
Pasaría un rato más degustando su postre en la medida de lo posible. Si Datsue no hablaba, él no iba a hacerlo. Nao era más de escuchar, pero si sus preguntas no eran respondidas, no tenía mucho sentido que abriese la boca y se reservaría su opinión, manteniéndose silente. Aunque no pasaría mucho cuando de pronto desvió la mirada en cuanto los roedores entraron en fila por la puerta de la cafetería y caminaron por el borde de la pared acercándose hasta la mesa donde se hallaban los dos shinobi. Se tomó una pausa para sacar de nuevo el pergamino y los ratones brincaron de regreso al papel que les había dado la vida, formando un completo reporte.
—Bueno, tenemos lectura para la merienda, aunque tenemos un problema... — Hizo una mueca. —Envié ocho, y han vuelto siete. He de temer que uno fue interceptado... — Suspiró mientras le tendía el pergamino a Datsue. No necesitaba dar más detalles pues confiaba en que Datsue iba a deducir que ahora el factor sorpresa podría estar comprometido.
—La mayoría no encontró nada, pero hay un par que encontraron información relevante: Cierta señora de un vecindario parece estar angustiada por un hombre con la descripción física de Kid que parece merodea en el sector sureste de la ciudad dónde no hay demasiados puestos comerciales, sino más bien es una zona residencial. Y en segundo, parece que algunos guardias de la seguridad de la ciudad han oído rumores de figuras encapuchadas cerca de ese mismo sector — Se recostó en el respaldo de su asiento y bebió su chocolate. —Ya tenemos un sitio dónde buscar, aunque lo de los encapuchados no sé si estará relacionado con él... Podría ser un indicativo de que se cocinan cosas turbias en esa parte.
El texto presentado por los ratones presentaba la descripción de las zonas de los avistamientos.