El camino prohibido

[Uchiha Datsue]

Datsue disfrutó de su merienda en silencio. Casi siempre charlatán y hablando por los codos, últimamente adoptaba una actitud más tranquila y callada, alejado de su habitual histrionismo. En un momento dado, los ratones de tinta volvieron junto a su dueño, y Datsue no pudo sino maravillarse de nuevo cuando éstos regresaron al pergamino que había extendido Nao.

Qué Ninjutsu más curioso, aquel.

—Veamos… —dijo, tomando el pergamino que Nao le ofrecía. Leyó con rapidez su contenido y analizó los datos que Nao le brindó—. Me preocupa que una de tus ratas haya sido encontrada. Eso quiere decir que Kid está recibiendo ayuda. No es un tipo con tantas luces como para darse cuenta de un ardid como el tuyo —apostilló, aunque esto último solo fuese una intuición suya. Fuese quien fuese quien le estaba ayudando, era inteligente, y eso era malo—. Está bien, tendremos que darnos una vueltecilla por la zona, pues. Quizá lo mejor sea que vayamos hengeados, para que no nos reconozcan a la primera de cambio.

Se levantó y pagó su parte en la barra. Después aguardó en el exterior a que Nao saliese.