22/04/2021, 06:45
—Estarán esperando curiosos en todo caso... — Terminó su bebida, se limpió con la servilleta, la cuál dobló y luego dejó la taza de chocolate sobre el pequeño plato en cuanto terminó su merienda. —Aunque me costaría creer que hayan descubierto del todo mi técnica... Como mucho, estarán alerta, pero al menos nosotros tenemos más información — Se apresuró a pagar, sin esperar cambio, dejando el resto como propina.
Se limitó a asentir a la propuesta de Datsue. «Hengear, je, creativo.»
—Pero aquí no — Y de inmediato se encaminó hasta algún roncón o callejón dónde no hubiese transeúntes, pese a que fuese complicado encontrarlo en una ciudad tan bulliciosa. —Creo que aquí estará bien...— Hizo unos cuantos sellos, y tomó la figura de lo que un día fue su abuelo en su época joven.
Un hombre alto, que aparentaba unos 40 años. Sus ropas constaban de un traje simple y unos zapatos mocasines. Un fedora cubría su cabeza y unos lentes oscuros redondos. Sus facciones y color de cabellos, eran ligeramente similares a las de Nao, aunque con un rostro más alargado. Y bueno, el bendito pincel ahora no era más que un pequeño palillo. Pese a todo, no podía quitarse el hábito de tener algo metido en la boca.
—Lo bueno de que esto sea una ciudad turística, es que el pretexto de viajero perdido es una excusa perfecta en cualquier lugar — Dijo con una voz seria a juego con su cara de amargado.
Tal vez fuera un novato, pero al menos se había esforzado en perfeccionar la técnica de transformación en el tiempo libre que tuvo tras salir de la academia. Era algo básico, pero útil.
Se limitó a asentir a la propuesta de Datsue. «Hengear, je, creativo.»
—Pero aquí no — Y de inmediato se encaminó hasta algún roncón o callejón dónde no hubiese transeúntes, pese a que fuese complicado encontrarlo en una ciudad tan bulliciosa. —Creo que aquí estará bien...— Hizo unos cuantos sellos, y tomó la figura de lo que un día fue su abuelo en su época joven.
Un hombre alto, que aparentaba unos 40 años. Sus ropas constaban de un traje simple y unos zapatos mocasines. Un fedora cubría su cabeza y unos lentes oscuros redondos. Sus facciones y color de cabellos, eran ligeramente similares a las de Nao, aunque con un rostro más alargado. Y bueno, el bendito pincel ahora no era más que un pequeño palillo. Pese a todo, no podía quitarse el hábito de tener algo metido en la boca.
—Lo bueno de que esto sea una ciudad turística, es que el pretexto de viajero perdido es una excusa perfecta en cualquier lugar — Dijo con una voz seria a juego con su cara de amargado.
Tal vez fuera un novato, pero al menos se había esforzado en perfeccionar la técnica de transformación en el tiempo libre que tuvo tras salir de la academia. Era algo básico, pero útil.