17/01/2016, 15:05
Se rascó la cabeza, confundida por la reciente disputa que se estaba manteniendo a escasos pasos de su posición. ¿Es que no podía tener un viaje en paz? Suspiró pesadamente y observó al recién llegado. No era nadie más que Sasagani Yota, el chico carmesí que se había graduado a la par que ella. Le hacía gracia porque compartía nombre y apellido con su antiguo compañero de equipo.
Un dolor se apoderó de su pecho, haciendo que la joven instintivamente se llevase una mano al corazón.
''Yota-nii...''
Ajena a la disputa que se estaba llevando, se encogió sobre sí misma e intentó calmar el sentimiento haciendo que su respiración se pausase. Entonces levantó la cabeza, intentando internarse en lo que estaba pasando en su realidad. Así, cuando tuvo en frente de ella al Sasagani, se alteró pegando un saltito hacia atrás.
-Esta es el agua más pura que puedas encontrar, Eri. Potencia el chakra, pero si eres jinchuriki no te recomendaría beber de ella. Vamos, prueba un poco - Ofreció a la chica, que, olvidándose de su dolor aceptó gustosa el agua que le ofrecía. Como para envenenarla. Sin embargo no fue ella quien tomó el recipiente, si no Samekichi quien lo hizo, haciendo a la joven huérfana formar un puchero.
—Bien, Sasagani Yota. Veamos que tanta razón llevas.
Pero, pero... ¡Ese era su agua! ¡Maldito pez! Observó como bebió y luego tragó, todo acompañado de desagradables muecas y expresiones poco agradables. Luego dejó caer todo el contenido al suelo.
-Pero, pero, ¡qué desperdicio es este Samekichi-san! - Elevó el tono de voz a medida que avanzaba en su oración. Entonces lo vio tirar el envase al suelo, con desprecio. Y la kunoichi lo fulminó con los ojos. Ya no pensaba tan bien de ese tipo. Giró la vista para mirar al pelirrojo. -Y tú, ¿por qué lo desafías? -.
De pronto, pensó que las calabazas le iban a dar más de un dolor de cabeza.
Un dolor se apoderó de su pecho, haciendo que la joven instintivamente se llevase una mano al corazón.
''Yota-nii...''
Ajena a la disputa que se estaba llevando, se encogió sobre sí misma e intentó calmar el sentimiento haciendo que su respiración se pausase. Entonces levantó la cabeza, intentando internarse en lo que estaba pasando en su realidad. Así, cuando tuvo en frente de ella al Sasagani, se alteró pegando un saltito hacia atrás.
-Esta es el agua más pura que puedas encontrar, Eri. Potencia el chakra, pero si eres jinchuriki no te recomendaría beber de ella. Vamos, prueba un poco - Ofreció a la chica, que, olvidándose de su dolor aceptó gustosa el agua que le ofrecía. Como para envenenarla. Sin embargo no fue ella quien tomó el recipiente, si no Samekichi quien lo hizo, haciendo a la joven huérfana formar un puchero.
—Bien, Sasagani Yota. Veamos que tanta razón llevas.
Pero, pero... ¡Ese era su agua! ¡Maldito pez! Observó como bebió y luego tragó, todo acompañado de desagradables muecas y expresiones poco agradables. Luego dejó caer todo el contenido al suelo.
-Pero, pero, ¡qué desperdicio es este Samekichi-san! - Elevó el tono de voz a medida que avanzaba en su oración. Entonces lo vio tirar el envase al suelo, con desprecio. Y la kunoichi lo fulminó con los ojos. Ya no pensaba tan bien de ese tipo. Giró la vista para mirar al pelirrojo. -Y tú, ¿por qué lo desafías? -.
De pronto, pensó que las calabazas le iban a dar más de un dolor de cabeza.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)