5/05/2021, 18:09
Aquellos hombres estaban sin duda más que preparados para un enfrentamiento. Seguramente debido a que los trabajadores ya les habían plantado cara más de una vez en busca de evitar un estropicio mayor. Reaccionaron más rápido de lo que Lyndis había esperado, pues parecían estar bien organizados y cada uno tenía su papel.
Tras intercambiar un puñetazo con aquel matón, Lyndis aprovecho el momento para seguir hostigándolo buscando sacarlo de la escena lo antes posible, cuanto más rápido fuera eliminándolos más fácil seria seguir combatiéndolos hasta el punto de amedrentarlos. Le dirigió una patada baja que los más expertos de Taijutsu reconocerían con facilidad como un Konoha Reppu, rematando la faena con otro puñetazo directo contra su pecho ahora que al caer no podría defenderse.
— Una pelea de cuchillos, una pena por vosotros que haya traído mis puños — añadió con una aguda sonrisa de afilados dientes.
Unas cadenas volaron contra ella que interceptó en el suelo con uno de sus brazos, enrollándose en el derecho. Una segunda cadena procedente de un tercer matón volaría contra ella golpeándola sin problemas en el rostro con uno de los pesos y finalmente, un cuarto se abalanzaría sobre ella con unas peligrosas garras. Intentaría usar el brazo que tenía rodeado de cadenas para defenderse, y así evitar los cortes producidos por garras ante una improvisada malla hecha de ferreas cadenas.
Tras intercambiar un puñetazo con aquel matón, Lyndis aprovecho el momento para seguir hostigándolo buscando sacarlo de la escena lo antes posible, cuanto más rápido fuera eliminándolos más fácil seria seguir combatiéndolos hasta el punto de amedrentarlos. Le dirigió una patada baja que los más expertos de Taijutsu reconocerían con facilidad como un Konoha Reppu, rematando la faena con otro puñetazo directo contra su pecho ahora que al caer no podría defenderse.
— Una pelea de cuchillos, una pena por vosotros que haya traído mis puños — añadió con una aguda sonrisa de afilados dientes.
Unas cadenas volaron contra ella que interceptó en el suelo con uno de sus brazos, enrollándose en el derecho. Una segunda cadena procedente de un tercer matón volaría contra ella golpeándola sin problemas en el rostro con uno de los pesos y finalmente, un cuarto se abalanzaría sobre ella con unas peligrosas garras. Intentaría usar el brazo que tenía rodeado de cadenas para defenderse, y así evitar los cortes producidos por garras ante una improvisada malla hecha de ferreas cadenas.