9/06/2021, 20:13
Juro sonrió ante los ánimos de Ayame. Desde luego, era una chica comprensiva y amable, eso se notaba. Y era justo lo que necesitaba. El incidente de la ventosidad se desvaneció pronto y pudieron retomar por fin la conversación. Puede que solo fuera una sensación suya, pero creía que lo que iban a hablar en aquella caverna aquel día podría cambiar el curso de los acontecimientos futuros.
—Lo mismo digo, Juro. Podéis contar con nosotras para lo que sea que necesitéis.
— Gracias — Ensanchó aún más su sonrisa, de pura gratitud. Era un alivio saber que, en alguna parte, contaba con el apoyo de alguien, aunque residiera en Amegakure y no tuviera acceso a Kusagakure de ninguna manera. Una persona más en el mundo estaba de su lado y eso era una sensación increíblemente satisfactoria después de tanto tiempo huyendo.
Por su parte, las palabras de Kokuō fueron tal y como Chōmei le había descrito. Sencillas, fuertes y con convicción. Juro ya suponía que iba a rechazar cualquier agradecimiento, aunque la rotunda sinceridad de aquel ser le dejó, nuevamente, sin saber qué contestar.
Afortunadamente, Ayame tomó el relevo de la conversación y continuó explicando al marionetista la situación. Juro sintió un escalofrió al recordar las palabras que Uchiha Zaide le dedicó al descubrir que había liberado a Chōmei, afirmando que Ayame había hecho lo mismo. Tal y como había supuesto desde el momento en que había logrado invocar a Kokuō, Juro pudo confirmar que esto era cierto. Aun así, cuando la muchacha le habló acerca de su acuerdo con el bijuu, no pudo evitar sorprenderse.
« ¿Eso es posible? Tú nunca has tomado el control de mi cuerpo » — preguntó para sus adentros.
«...bueno, supongo que no ha surgido el momento »
Cuando Ayame terminó la explicación, Juro se atrevió a abrir la boca.
— Liberé a Chōmei para enfrentarnos juntos a Kurama, y no me arrepiento de la decisión. Nos llevamos bien, aunque tengamos ciertos...encontronazos, en ocasiones. Sin él, probablemente me habría vuelto loco por la soledad. Le debo mucho — suspiró el marionetista —. Yo también querría que pudiera ser libre, pero lo di por imposible. Nunca se me habría ocurrido algo así.
» Entonces, si el sello no está roto, eso quiere decir que es una proyección. ¿Algo así como un clon de Kokuō? — se atrevió a sugerir Juro, guiado por la similitud del nombre con otras técnicas que conocía.
—Lo mismo digo, Juro. Podéis contar con nosotras para lo que sea que necesitéis.
— Gracias — Ensanchó aún más su sonrisa, de pura gratitud. Era un alivio saber que, en alguna parte, contaba con el apoyo de alguien, aunque residiera en Amegakure y no tuviera acceso a Kusagakure de ninguna manera. Una persona más en el mundo estaba de su lado y eso era una sensación increíblemente satisfactoria después de tanto tiempo huyendo.
Por su parte, las palabras de Kokuō fueron tal y como Chōmei le había descrito. Sencillas, fuertes y con convicción. Juro ya suponía que iba a rechazar cualquier agradecimiento, aunque la rotunda sinceridad de aquel ser le dejó, nuevamente, sin saber qué contestar.
Afortunadamente, Ayame tomó el relevo de la conversación y continuó explicando al marionetista la situación. Juro sintió un escalofrió al recordar las palabras que Uchiha Zaide le dedicó al descubrir que había liberado a Chōmei, afirmando que Ayame había hecho lo mismo. Tal y como había supuesto desde el momento en que había logrado invocar a Kokuō, Juro pudo confirmar que esto era cierto. Aun así, cuando la muchacha le habló acerca de su acuerdo con el bijuu, no pudo evitar sorprenderse.
« ¿Eso es posible? Tú nunca has tomado el control de mi cuerpo » — preguntó para sus adentros.
« Te has pasado un año lloriqueando en mitad de la arena del desierto, chico,
por mucho que quisiera salir a estirar las alas, no quería que tu mala suerte se me contagiara »
por mucho que quisiera salir a estirar las alas, no quería que tu mala suerte se me contagiara »
«...bueno, supongo que no ha surgido el momento »
Cuando Ayame terminó la explicación, Juro se atrevió a abrir la boca.
— Liberé a Chōmei para enfrentarnos juntos a Kurama, y no me arrepiento de la decisión. Nos llevamos bien, aunque tengamos ciertos...encontronazos, en ocasiones. Sin él, probablemente me habría vuelto loco por la soledad. Le debo mucho — suspiró el marionetista —. Yo también querría que pudiera ser libre, pero lo di por imposible. Nunca se me habría ocurrido algo así.
» Entonces, si el sello no está roto, eso quiere decir que es una proyección. ¿Algo así como un clon de Kokuō? — se atrevió a sugerir Juro, guiado por la similitud del nombre con otras técnicas que conocía.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60