19/01/2016, 11:55
Una risa gutural escapó de los labios de Kinma, que parecía enfadado y excitado al mismo tiempo.
—Vosotras lo habéis querido, niñas... ¡Mokuton... —Juntó las manos en un sello de la Serpiente, y una pared de plantas con espinas y calabazas surgió frente a Ayame bloqueando por completo el pasillo cuando estaba a punto de llegar a las escaleras—. ...Kabocha no Odoroki!
Asímismo, la muchacha que tardó más en reaccionar, Eri, fue atrapada por una de esas plantas que había salido del mismo suelo y se había aferrado a su tobillo. Las espinas se clavaron en su pierna como cuchillos y la arañaron mientras se enroscaban hasta la rodilla.
Con un simple movimiento de manos, la planta se levantó y dejó a Eri bocaabajo.
Una nueva rama salió de la pared y se quedó a apenas dos centímetros del rostro de la chica. Esta tenía las espinas aún más grandes. El falso monje acarició con la rama la mejilla de la peliazul, causándole una herida en la mejilla que empezó a sangrar.
—No habéis querido por las buenas... Vamos a ver si por las malas estáis por la labor, dulzuras. —dio un suspiro y miró a Ayame con lujuria—. La morena de ojitos marrones... Despega el sello, ¡vamos! Si no, le rajo el cuello a tu compañera. Y te aseguro que No BRRoMEO.
—Vosotras lo habéis querido, niñas... ¡Mokuton... —Juntó las manos en un sello de la Serpiente, y una pared de plantas con espinas y calabazas surgió frente a Ayame bloqueando por completo el pasillo cuando estaba a punto de llegar a las escaleras—. ...Kabocha no Odoroki!
Asímismo, la muchacha que tardó más en reaccionar, Eri, fue atrapada por una de esas plantas que había salido del mismo suelo y se había aferrado a su tobillo. Las espinas se clavaron en su pierna como cuchillos y la arañaron mientras se enroscaban hasta la rodilla.
Con un simple movimiento de manos, la planta se levantó y dejó a Eri bocaabajo.
Una nueva rama salió de la pared y se quedó a apenas dos centímetros del rostro de la chica. Esta tenía las espinas aún más grandes. El falso monje acarició con la rama la mejilla de la peliazul, causándole una herida en la mejilla que empezó a sangrar.
—No habéis querido por las buenas... Vamos a ver si por las malas estáis por la labor, dulzuras. —dio un suspiro y miró a Ayame con lujuria—. La morena de ojitos marrones... Despega el sello, ¡vamos! Si no, le rajo el cuello a tu compañera. Y te aseguro que No BRRoMEO.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)