19/01/2016, 17:03
La risa gutural e inhumana de Kinma las sacudió a ambas antes de que Ayame terminase de hablar. Las plantas que enroscaban a Eri apretaron un poco más la pierna. Un hilillo de sangre recorrió las espinas y el hueso hizo un "crack" nada agradable. La pierna estaba rota.
—¿CRReS qUe BRoMEo NiÑa? ¡AbRe El SeLLo, AHORA, O LAMENTARÁS LO QUE OS HARÉ PASAR A AMBAS. LA ÚNICA CLEMENCIA QUE OBTENDRÉIS SERÁ LA DE DEJAROS MARCHAR.
Las voces guturales y demoníacas se iban sucediendo con otras que a menudo cambiaban a dulces. Venenosamente dulces.
Kinma se relamió.
—Porque os aseguro que me encantaría disfrutar de vuestros... cuerpecitos.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)