25/07/2021, 15:51
(Última modificación: 29/07/2021, 18:39 por Eikyuu Juro. Editado 1 vez en total.)
Ayame y Kokuō lograron apartarse a tiempo de la trayectoria del veneno. Este consiguió ralentizar los movimientos de la bestia, pero no cumplió del todo su propósito. Juro lo constató cuando el monstruo esquivó la mayor parte de sus brazos. El muchacho jadeó, consciente de que no podía desperdiciar el chakra y sus movimientos así como así. Quedarse sin fuerzas era el equivalente a morir con un rival tan despiadado.
La embestida seguía y Juro era el objetivo principal de esa cosa. El marionetista se preguntó si sería por el velo de chakra que le envolvía o simplemente por mero azar.
Una enorme roca fue lanzada hacia él. Afortunadamente, el chico tenía muchas más alternativas esta vez. El monstruo era más lento, y tenía que apuntar y propulsar esa enorme roca. Juro tuvo tiempo suficiente como para extender sus alas y propulsarse hacia el lado contrario de la caverna, dejando que la roca pasara a su lado y reventara contra el suelo en lugar de contra su cabeza.
El muchacho aterrizó en el suelo, mientras ejecutaba una cadena de sellos.
— ¡Atacadlo desde distintos lados! — El monstruo no era una tortuga, pero era más lento. Su esquive lo había demostrado. Si Ayame se desplazaba al otro lado de la caverna y Kokuō seguía embistiendo, los tres podrían abrumarlo. Especialmente teniendo en cuenta que el monstruo solo podía atacar a uno al mismo tiempo —. ¡Fūton: Renkūdan!
Juro respiró profundamente y disparó una diminuta esfera de aire comprimido, que pronto recortaría la distancia que les separaba, dirigida a su pecho. No era una técnica muy poderosa, pero era rápida, y el gasto de chakra le permitiría no agotar su cuerpo demasiado. Apuntó a la parte superior del cuerpo del monstruo, de forma que, si la bestia conseguía volver a esquivarle, reducía enormemente la probabilidad de golpear a Kokuō por accidente.
La embestida seguía y Juro era el objetivo principal de esa cosa. El marionetista se preguntó si sería por el velo de chakra que le envolvía o simplemente por mero azar.
Una enorme roca fue lanzada hacia él. Afortunadamente, el chico tenía muchas más alternativas esta vez. El monstruo era más lento, y tenía que apuntar y propulsar esa enorme roca. Juro tuvo tiempo suficiente como para extender sus alas y propulsarse hacia el lado contrario de la caverna, dejando que la roca pasara a su lado y reventara contra el suelo en lugar de contra su cabeza.
El muchacho aterrizó en el suelo, mientras ejecutaba una cadena de sellos.
— ¡Atacadlo desde distintos lados! — El monstruo no era una tortuga, pero era más lento. Su esquive lo había demostrado. Si Ayame se desplazaba al otro lado de la caverna y Kokuō seguía embistiendo, los tres podrían abrumarlo. Especialmente teniendo en cuenta que el monstruo solo podía atacar a uno al mismo tiempo —. ¡Fūton: Renkūdan!
Juro respiró profundamente y disparó una diminuta esfera de aire comprimido, que pronto recortaría la distancia que les separaba, dirigida a su pecho. No era una técnica muy poderosa, pero era rápida, y el gasto de chakra le permitiría no agotar su cuerpo demasiado. Apuntó a la parte superior del cuerpo del monstruo, de forma que, si la bestia conseguía volver a esquivarle, reducía enormemente la probabilidad de golpear a Kokuō por accidente.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60