29/07/2021, 18:57
(Última modificación: 5/08/2021, 11:29 por Eikyuu Juro. Editado 1 vez en total.)
Los tres lograron realizar una técnica combinada digna de un equipo bien compenetrado que pronto engulló a la bestia. Sin embargo, una densa humareda cubrió todo, y Juro tuvo un escalofrío al instante. Recordaba la gran resistencia de la anterior bestia que había enfrentado, de siete colas. Incluso con dos de sus cabezas fuera de combate, la restante había podido arrastrar su cuerpo y había intentado acabar con su vida. Esta era distinta, pero le extrañaría si con esa técnica eran capaces de tumbarla.
El silencio inundó todo y Juro esperó lo peor. Quiso buscar a Ayame y agruparse con ella, pero sintió miedo. Si daba con el monstruo en lugar de con ella, podría ser el fin.
Sus temores se confirmaron cuando escuchó un golpe. Al instante supo que la chica estaba en peligro.
No había lugar para el miedo. Juro no pensaba dejar que la chica que había decidido tenderle la mano muriera aquel día. Kurama no iba a ganar, le costara lo que costara.
Ambos, tanto bestia como chica, escucharían una explosión en un punto no muy lejano de la caverna, cuya onda haría retumbar nuevamente los frágiles cimientos de aquel lugar. Aunque no supiera su posición, Juro sabía perfectamente de donde provenía el ruido. Y una bestia tan grande no era difícil de ver una vez te aproximabas lo suficiente.
El muchacho ya no se desplazaba por dos patas, sino cuatro. A su espalda, albergaba cinco colas de puro chakra y dos alas claramente visibles. El chakra verde y morado lo envolvía y se había ceñido a él como una segunda piel, transformandolo en una verdadera bestia. Su cabeza se encontraba envuelta por un yelmo de escarabajo.
Repentinamente, Juro emergió de la humareda y se lanzó hacia la espalda de la criatura, aprovechando la confusión y su nueva velocidad aumentada, y con un rápido movimiento, le asestó un golpe con dos de sus colas en la cabeza, con la esperanza de derribarla, aunque fuera por unos segundos. Tras ello, reculó varios pasos hasta el lugar donde la chica se encontraba, y con alivio, comprobó que seguía viva, aunque herida. Le dio la espalda y se fijó en la bestia otra vez, preparado para un contraataque. Con esa nueva forma, al menos, podría escudarla en caso de otro golpe, y llevarse él el impacto.
El silencio inundó todo y Juro esperó lo peor. Quiso buscar a Ayame y agruparse con ella, pero sintió miedo. Si daba con el monstruo en lugar de con ella, podría ser el fin.
Sus temores se confirmaron cuando escuchó un golpe. Al instante supo que la chica estaba en peligro.
No había lugar para el miedo. Juro no pensaba dejar que la chica que había decidido tenderle la mano muriera aquel día. Kurama no iba a ganar, le costara lo que costara.
Ambos, tanto bestia como chica, escucharían una explosión en un punto no muy lejano de la caverna, cuya onda haría retumbar nuevamente los frágiles cimientos de aquel lugar. Aunque no supiera su posición, Juro sabía perfectamente de donde provenía el ruido. Y una bestia tan grande no era difícil de ver una vez te aproximabas lo suficiente.
El muchacho ya no se desplazaba por dos patas, sino cuatro. A su espalda, albergaba cinco colas de puro chakra y dos alas claramente visibles. El chakra verde y morado lo envolvía y se había ceñido a él como una segunda piel, transformandolo en una verdadera bestia. Su cabeza se encontraba envuelta por un yelmo de escarabajo.
Repentinamente, Juro emergió de la humareda y se lanzó hacia la espalda de la criatura, aprovechando la confusión y su nueva velocidad aumentada, y con un rápido movimiento, le asestó un golpe con dos de sus colas en la cabeza, con la esperanza de derribarla, aunque fuera por unos segundos. Tras ello, reculó varios pasos hasta el lugar donde la chica se encontraba, y con alivio, comprobó que seguía viva, aunque herida. Le dio la espalda y se fijó en la bestia otra vez, preparado para un contraataque. Con esa nueva forma, al menos, podría escudarla en caso de otro golpe, y llevarse él el impacto.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60