29/07/2021, 21:22
Había sido un viaje placentero, lleno de pláticas, comida y miradas apenadas y sonrojos. Y al fin llegaban a Notsuba.
Sagisō Ranko se bajó del tren, estirándose. Portaba una especie de sobretodo azul oscuro que parecía abrirse como kimono (diseño de Kuumi, por cierto), hasta por encima de la rodilla, y se alcanzaba a ver una blusa azul cielo debajo, que llegaba hasta medio cuello, donde también se mostraba una gargantilla violeta. Debajo llevaba mallones negros que parecían ser lo suficientemente resistentes como para mantener sus piernas cálidas. Sendos moños blancos adornaban el inicio y el final de su trenza. Llevaba una enorme mochila al hombro, como si fuese un bolso ligero.
—Es bonito regresar después de tanto tiempo... —dijo Hakuto.
—Es bonito venir por primera vez. —añadió una voz detrás de ella.
Kūran Meme bajó después de ella. Portaba un grueso abrigo con cuello de pelusa, que cubría su torso y sus brazos. Era un abrigo negro, brillante, con tonos rosas y violetas. Era la Suiken. Debajo llevaba un grueso vestido blanco y botas negras. Un par de moñitos ornamentaban sus cabello rojo, a cada lado de sus ojos verdes.
—Es agradable conocer a más amigas de Onee-sama, como Lyndis.
Ranko la reconoció en la plataforma, una chica de cabellera azul que se tornaba negra, y ojos de colores distintos. La de la trenza le saludó con un amplio movimiento del brazo, desde lejos. Había también una chica de cabellos negros que parecía hablar con Chika. ¿Sería ella Kimi? No se les acercaría sino hasta que todas estuvieran abajo.
—¡Venga, Lyndis! E-estoy segura que te caerán muy bien...
Muy en el fondo, Ranko dudaba de si les molestaría a las Kaminari que invitara a su buena amiga Lyndis Zhaoren, pero Meme le había convencido: era su propia casa, ¿Qué impedimento podrían tener?
Sagisō Ranko se bajó del tren, estirándose. Portaba una especie de sobretodo azul oscuro que parecía abrirse como kimono (diseño de Kuumi, por cierto), hasta por encima de la rodilla, y se alcanzaba a ver una blusa azul cielo debajo, que llegaba hasta medio cuello, donde también se mostraba una gargantilla violeta. Debajo llevaba mallones negros que parecían ser lo suficientemente resistentes como para mantener sus piernas cálidas. Sendos moños blancos adornaban el inicio y el final de su trenza. Llevaba una enorme mochila al hombro, como si fuese un bolso ligero.
—Es bonito regresar después de tanto tiempo... —dijo Hakuto.
—Es bonito venir por primera vez. —añadió una voz detrás de ella.
Kūran Meme bajó después de ella. Portaba un grueso abrigo con cuello de pelusa, que cubría su torso y sus brazos. Era un abrigo negro, brillante, con tonos rosas y violetas. Era la Suiken. Debajo llevaba un grueso vestido blanco y botas negras. Un par de moñitos ornamentaban sus cabello rojo, a cada lado de sus ojos verdes.
—Es agradable conocer a más amigas de Onee-sama, como Lyndis.
Ranko la reconoció en la plataforma, una chica de cabellera azul que se tornaba negra, y ojos de colores distintos. La de la trenza le saludó con un amplio movimiento del brazo, desde lejos. Había también una chica de cabellos negros que parecía hablar con Chika. ¿Sería ella Kimi? No se les acercaría sino hasta que todas estuvieran abajo.
—¡Venga, Lyndis! E-estoy segura que te caerán muy bien...
Muy en el fondo, Ranko dudaba de si les molestaría a las Kaminari que invitara a su buena amiga Lyndis Zhaoren, pero Meme le había convencido: era su propia casa, ¿Qué impedimento podrían tener?
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