16/08/2021, 15:34
(Última modificación: 16/08/2021, 15:35 por Amedama Daruu.)
Era tarde. El sol se estaba poniendo en la Aldea Oculta del Remolino. Sarutobi Hanabi, en su despacho, observaba las últimas horas del día. Hacía una hora que debía haberse marchado a casa, pero había algo a lo que no dejaba de darle vueltas. Se había jurado dejar la medicación contra la ansiedad, pero uno de esos dichosos botes yacía en su bolsillo. No se había tomado ninguna, no obstante, le daba paz que estuviese ahí. Tamborileaba el recipiente con los dedos.
Suspiró. Probablemente Uchiha Datsue no esperase aquella llamada telefónica.
Pero Hanabi necesitaba su ayuda.
«¿A quién sino iba a llamar?», se dijo.
Y esperó.
Suspiró. Probablemente Uchiha Datsue no esperase aquella llamada telefónica.
Pero Hanabi necesitaba su ayuda.
«¿A quién sino iba a llamar?», se dijo.
Y esperó.