17/08/2021, 14:52
Poco después de entrar, se quedaron un rato contemplando un gran cuadro que representaba a la familia de Ranko, o bueno, parte de ella, pues Meme no estaba en el cuadro. Lyndis ya casi había olvidado que le habían comentado que era adoptada, hasta que esta protesto al ver el cuadro, cosa que le hizo redirigir su mirada, para posteriormente volver al cuadro.
Lyndis bufó, esbozando una sonrisa al fijarse en el cuadro, en concreto sobre la pequeña usagi. No terminaba de envidiarla, estaba bastante agusto con lo poco que tenía aunque solo fuera su madre, era dulce y cariñosa, y ahora que no les faltaba de nada, siempre le regalaba alguna que otra cosa cada cierto tiempo. No era una vida de lujos como la de su amiga, pero era afable y modesta.
La idea de hacer algo de comer no le disgustaba, sobre todo si había buenas piezas de carne de por medio y el calor del fuego sería más que agradable con la temperatura exterior. ¿Tendrian algo de alcohol? La última vez, había un sake bastante sabroso, pero tampoco queria abusar de la confianza de Ranko, asi que se lo preguntaria en otro momento.
Finalmente llegaron a una amplia sala que estaba acomodada para ellas, con un gran kotatsu. La utilizarían de habitación común todas las presentes, y Meme hizo el primer movimiento casi de forma instintiva.
— Ooooooooooooooh, un kotatsuuu — dijo dejando la mochila al lado de la entrada, y corriendo a meterse debajo de las mantas. — Aaaaaaaaaaaaaah~ que bien que estaba encendido ya — dijo pegando la cabeza sobre la tabla, casi derritiendose sobre ella.
Lyndis bufó, esbozando una sonrisa al fijarse en el cuadro, en concreto sobre la pequeña usagi. No terminaba de envidiarla, estaba bastante agusto con lo poco que tenía aunque solo fuera su madre, era dulce y cariñosa, y ahora que no les faltaba de nada, siempre le regalaba alguna que otra cosa cada cierto tiempo. No era una vida de lujos como la de su amiga, pero era afable y modesta.
La idea de hacer algo de comer no le disgustaba, sobre todo si había buenas piezas de carne de por medio y el calor del fuego sería más que agradable con la temperatura exterior. ¿Tendrian algo de alcohol? La última vez, había un sake bastante sabroso, pero tampoco queria abusar de la confianza de Ranko, asi que se lo preguntaria en otro momento.
Finalmente llegaron a una amplia sala que estaba acomodada para ellas, con un gran kotatsu. La utilizarían de habitación común todas las presentes, y Meme hizo el primer movimiento casi de forma instintiva.
— Ooooooooooooooh, un kotatsuuu — dijo dejando la mochila al lado de la entrada, y corriendo a meterse debajo de las mantas. — Aaaaaaaaaaaaaah~ que bien que estaba encendido ya — dijo pegando la cabeza sobre la tabla, casi derritiendose sobre ella.