17/08/2021, 15:44
(Última modificación: 17/08/2021, 15:47 por Kaminari Chika. Editado 1 vez en total.)
Chika asintió tantas veces como le pareció apropiado mientras Ranko hablaba para confirmar que la estaba escuchando. Probablemente no se acordase de todo lo que decía la anfitriona a la larga, pero por el momento tendría todo reciente. Ranko y Meme tuvieron un momento de hermana mayor, hermana menor, precioso y adorable, mientras Chika solo observaba en silencio lo hermosa que era su relación y lo adorables que eran ambas.
Después siguieron a Ranko hasta la sala donde dormirían, todas juntas. Al oírlo, a Chika se le iluminaron los ojos. Casi parecía que tuviesen amigas de verdad. La peliazul no había tenido muchas amigas de pequeña, casi ninguna, a decir verdad. Los niños no se tomaban a bien lo rara que era. Su mejor amiga era su hermana, pero ella no era precisamente la fiesta.
—¿Le-les parece bien?
— Sí, sí, está bien, está perfecto. No te preocupes, Ranko-chan, se siente como una pijamada, ¡porque es una pijamada!
Viendo que Lyndis ya había hecho lo propio y se había tirado al kotatsu sin perder un segundo, Chika la siguió. No sin antes dejar las bolsas al lado del armario con cuidado. Se metió bajo el kotatsu y se extendió sobre el mismo, imitando a Lyndis vigilando de no molestarla ni golpearla.
— ¿Eh? ¿Qué jornada? ¿Ayudarme con qué? — preguntó a Ranko primero y entonces a su hermana.
Sí, Chika ya se había olvidado de lo que iban a hacer allí. Ya estaba haciendo palomitas y hablando de cosas intranscendentales en su cabeza.
Después siguieron a Ranko hasta la sala donde dormirían, todas juntas. Al oírlo, a Chika se le iluminaron los ojos. Casi parecía que tuviesen amigas de verdad. La peliazul no había tenido muchas amigas de pequeña, casi ninguna, a decir verdad. Los niños no se tomaban a bien lo rara que era. Su mejor amiga era su hermana, pero ella no era precisamente la fiesta.
—¿Le-les parece bien?
— Sí, sí, está bien, está perfecto. No te preocupes, Ranko-chan, se siente como una pijamada, ¡porque es una pijamada!
Viendo que Lyndis ya había hecho lo propio y se había tirado al kotatsu sin perder un segundo, Chika la siguió. No sin antes dejar las bolsas al lado del armario con cuidado. Se metió bajo el kotatsu y se extendió sobre el mismo, imitando a Lyndis vigilando de no molestarla ni golpearla.
— ¿Eh? ¿Qué jornada? ¿Ayudarme con qué? — preguntó a Ranko primero y entonces a su hermana.
Sí, Chika ya se había olvidado de lo que iban a hacer allí. Ya estaba haciendo palomitas y hablando de cosas intranscendentales en su cabeza.