21/08/2021, 00:17
—No te quejabas cuando dormías en el tren —comentó Meme a Lyndis, cruzándose de brazos y sonriendo pícaramente —. Tal vez mi Hermana te pueda dar un masaje...
Ranko cerró el armario de un sonoro portazo.
—Ah... Eh... L-lo siento —Ranko se volteó hacia Kimi, aunque su rostro mostraba una sonrisa nerviosa y unas mejillas ardientes —. ¡S-s-sí! ¡Va-vamos a entrenar!
La de la trenza se puso en pie, intentando ignorar el comentario de Meme con toda el alma, aunque la pelirroja se reía por lo bajo. Chika, sin embargo, cambió de parecer casi al instante al escuchar a su hermana querer pelear, y se levantó como Ranko. Esto alivió un poco a la Kusajin, quien trataba de eliminar la palabra "masaje" de su vocabulario.
Meme se encogió de hombros y suspiró.
—Supongo que descansaremos después.
Ranko esperaría a que Lyndis confirmase o dijese algo, antes de asentir y salir de la habitación. Les guiaría de vuelta a abajo, a la parte trasera de la casa. Entrarían a una habitación muy amplia que daba al patio, de suelo adecuado para prácticas de artes marciales.
—A-aunque es una casa de vacaciones, mi madre insistió en que hubiese un dojo. Usamos el patio trasero para prácticas más... Destructivas, como jutsus —Ranko suspiró. Su sonrisa tonta no se iba de su rostro, y le costaba mirar en serio a Lyndis —. ¿Cómo...? Ahm... ¿Cómo les gustaría comenzar?
Ranko cerró el armario de un sonoro portazo.
—Ah... Eh... L-lo siento —Ranko se volteó hacia Kimi, aunque su rostro mostraba una sonrisa nerviosa y unas mejillas ardientes —. ¡S-s-sí! ¡Va-vamos a entrenar!
La de la trenza se puso en pie, intentando ignorar el comentario de Meme con toda el alma, aunque la pelirroja se reía por lo bajo. Chika, sin embargo, cambió de parecer casi al instante al escuchar a su hermana querer pelear, y se levantó como Ranko. Esto alivió un poco a la Kusajin, quien trataba de eliminar la palabra "masaje" de su vocabulario.
Meme se encogió de hombros y suspiró.
—Supongo que descansaremos después.
Ranko esperaría a que Lyndis confirmase o dijese algo, antes de asentir y salir de la habitación. Les guiaría de vuelta a abajo, a la parte trasera de la casa. Entrarían a una habitación muy amplia que daba al patio, de suelo adecuado para prácticas de artes marciales.
—A-aunque es una casa de vacaciones, mi madre insistió en que hubiese un dojo. Usamos el patio trasero para prácticas más... Destructivas, como jutsus —Ranko suspiró. Su sonrisa tonta no se iba de su rostro, y le costaba mirar en serio a Lyndis —. ¿Cómo...? Ahm... ¿Cómo les gustaría comenzar?
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