24/01/2016, 01:05
(Última modificación: 26/01/2016, 09:09 por Sasagani Yota.)
Por todos los malditos dioses.
Juraría que nadie me había drogado y desde luego yo no lo había hecho. Hice un rápido repaso mental hasta que finalmente llegué al mismo punto, estaba en mis cabales. Pero... ¡Aquel maldito monstruo deshizo su cara, o más bien la parte afectada por el golpe en agua! Y luego todo volvió a la normalidad, por su boca solo hacía que perder toda aquella fuerza de la que hacia alarde, pasándole la iniciativa a la chica de cabellos azulados.
-¿Qué mierdas acabas de hacer?- pregunté completamente confuso.
Necesitaba uno de mis caramelos. Así que lo que hice fue sacar uno de los que reposaban pacientemente en mi petaca hasta que Eri se dispuso a hablar.
- ¿Que qué digo? ¿De verdad os vais a pegar aquí y ahora? - Preguntó señalando el suelo el cual pisaban los tres shinobi -. ¿No sería mejor pediros perdón entre los dos y que todo esto se zanje? Necesito unas calabazas... - Susurró con voz de niña buena, mientras hacía un hoyo en el suelo con la punta de sus botas ninja, mientras formaba un puchero y colocaba sus manos en su espalda. -Venga... Kaido-nii, Yota-nii, seamos buenos todos juntos y vayamos a comer algo... -
¡Por la Kuromibojin!
No iba a pedirle perdón a esa sabandija de Amegakure. Antes muerto. Pero pocos serían capaces de resistirse a la inocencia y las suplicas de la gennin. La decisión estaba tomada así que no habría perdón.
-¿A por calabazas?- pregunté curioso.
[i]Aquello explciaba cosas y porque había visto tantas calabzas por emtro cuadrado en tan pcoo tiempo por aquellas calles. yachi debía ser algo así como la cuna de la calabaza. Pero Eri debía estar muy aburrida y con muy poco trabajo para ir tan lejos de Uzushio para ir en busca de unas simples calabazas.
-Por supuesto, te ayudaré a conseguir esas calabazas y a volver a casa sana y salva, ¡No dejaré que carretees eso tu sola hasta casa!-
Algo así debía ser lo que esperaba la peliazul de mí en aquel momento. O eso era lo que supuse. Tampoco tenía nada más interesante qué hacer más allá de darle una paliza al monstruo que teníamos delante nuestro.
Juraría que nadie me había drogado y desde luego yo no lo había hecho. Hice un rápido repaso mental hasta que finalmente llegué al mismo punto, estaba en mis cabales. Pero... ¡Aquel maldito monstruo deshizo su cara, o más bien la parte afectada por el golpe en agua! Y luego todo volvió a la normalidad, por su boca solo hacía que perder toda aquella fuerza de la que hacia alarde, pasándole la iniciativa a la chica de cabellos azulados.
-¿Qué mierdas acabas de hacer?- pregunté completamente confuso.
Necesitaba uno de mis caramelos. Así que lo que hice fue sacar uno de los que reposaban pacientemente en mi petaca hasta que Eri se dispuso a hablar.
- ¿Que qué digo? ¿De verdad os vais a pegar aquí y ahora? - Preguntó señalando el suelo el cual pisaban los tres shinobi -. ¿No sería mejor pediros perdón entre los dos y que todo esto se zanje? Necesito unas calabazas... - Susurró con voz de niña buena, mientras hacía un hoyo en el suelo con la punta de sus botas ninja, mientras formaba un puchero y colocaba sus manos en su espalda. -Venga... Kaido-nii, Yota-nii, seamos buenos todos juntos y vayamos a comer algo... -
¡Por la Kuromibojin!
No iba a pedirle perdón a esa sabandija de Amegakure. Antes muerto. Pero pocos serían capaces de resistirse a la inocencia y las suplicas de la gennin. La decisión estaba tomada así que no habría perdón.
-¿A por calabazas?- pregunté curioso.
[i]Aquello explciaba cosas y porque había visto tantas calabzas por emtro cuadrado en tan pcoo tiempo por aquellas calles. yachi debía ser algo así como la cuna de la calabaza. Pero Eri debía estar muy aburrida y con muy poco trabajo para ir tan lejos de Uzushio para ir en busca de unas simples calabazas.
-Por supuesto, te ayudaré a conseguir esas calabazas y a volver a casa sana y salva, ¡No dejaré que carretees eso tu sola hasta casa!-
Algo así debía ser lo que esperaba la peliazul de mí en aquel momento. O eso era lo que supuse. Tampoco tenía nada más interesante qué hacer más allá de darle una paliza al monstruo que teníamos delante nuestro.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa