2/09/2021, 02:34
Parecía, en efecto, que no podían combatir. Ranko se vio distraída también, y no pudo evitar la patada de Kimi. Al menos, la adrenalina que sentía hizo que recibiera menos daño. Curiosamente, el dolor le trajo de nuevo al combate con la Yotsuki, justo para ver el ojo de Kimi chispear.
—E-espera, ¿Kimi-san? —Su atención iba de una menor a la otra. Kimi parecía estar teniendo algún fallo de sistema, mientras que Meme estaba alterada por el toque de Chika —. ¡Meme-chan!
La castaña quiso asistir a Kimi, pero la proposición de Chika de recibir los golpes de Meme le hizo prestarles atención a ellas de nuevo.
—Sí me parece —le contestó la pelirroja a la peliazul, con rostro endiablado —. Me parece mucho.
Meme alzó las manos, mostrando los dorsos, y atrajo la Suiken hasta ella, donde se formó de nuevo en una y media decenas de perlas. Sin embargo, Ranko ignoró la indicación de Chika y, en un parpadeo, apareció frente a Meme, encarándola, con los brazos abiertos para evitar que le disparase a Chika.
—Meme, no.
—¡Hermana! ¡Pero ella me tocó! ¡Ella me…! ¡Ella…!
Ranko colocó sus manos en los hombros de Meme. Las esferas de Suiken se deshicieron, y el metal flotó de vuelta a la chica.
—Ya se ha disculpado. Está bien. Estás a salvo.
La respiración de Meme se tranquilizó rápidamente.
—Sí… Sí, yo… Sí. Chika. Siento haberte atacado tanto —La Suiken se transformó en un vestido sin mangas y en una bufanda. Acarició las manos de Ranko y luego pasó de ella hacia la puerta —. Creo que me haría bien algo de beber. Iré a ver si Goromise tiene algo —Se detuvo al ver el té y las galletas al lado de Lyndis —. Algo frío.
Meme salió de la habitación mientras Ranko suspiraba. Les dedicó a todas una reverencia.
—L-lo siento, chicas… Meme-chan es… delicada. P-pero estará bien. De-denle algo de tiempo… Ahm… ¿Continuamos? ¡Ah, Kimi-san! ¿Te encuentras bien? ¿Q-qué fueron esas... Chispas.
Ahora que había un espacio libre, Ranko miraba casi sin querer a Lyndis, aunque le preocupaba que la Kaminari menor se encontrase herida.
—E-espera, ¿Kimi-san? —Su atención iba de una menor a la otra. Kimi parecía estar teniendo algún fallo de sistema, mientras que Meme estaba alterada por el toque de Chika —. ¡Meme-chan!
La castaña quiso asistir a Kimi, pero la proposición de Chika de recibir los golpes de Meme le hizo prestarles atención a ellas de nuevo.
—Sí me parece —le contestó la pelirroja a la peliazul, con rostro endiablado —. Me parece mucho.
Meme alzó las manos, mostrando los dorsos, y atrajo la Suiken hasta ella, donde se formó de nuevo en una y media decenas de perlas. Sin embargo, Ranko ignoró la indicación de Chika y, en un parpadeo, apareció frente a Meme, encarándola, con los brazos abiertos para evitar que le disparase a Chika.
—Meme, no.
—¡Hermana! ¡Pero ella me tocó! ¡Ella me…! ¡Ella…!
Ranko colocó sus manos en los hombros de Meme. Las esferas de Suiken se deshicieron, y el metal flotó de vuelta a la chica.
—Ya se ha disculpado. Está bien. Estás a salvo.
La respiración de Meme se tranquilizó rápidamente.
—Sí… Sí, yo… Sí. Chika. Siento haberte atacado tanto —La Suiken se transformó en un vestido sin mangas y en una bufanda. Acarició las manos de Ranko y luego pasó de ella hacia la puerta —. Creo que me haría bien algo de beber. Iré a ver si Goromise tiene algo —Se detuvo al ver el té y las galletas al lado de Lyndis —. Algo frío.
Meme salió de la habitación mientras Ranko suspiraba. Les dedicó a todas una reverencia.
—L-lo siento, chicas… Meme-chan es… delicada. P-pero estará bien. De-denle algo de tiempo… Ahm… ¿Continuamos? ¡Ah, Kimi-san! ¿Te encuentras bien? ¿Q-qué fueron esas... Chispas.
Ahora que había un espacio libre, Ranko miraba casi sin querer a Lyndis, aunque le preocupaba que la Kaminari menor se encontrase herida.
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