26/01/2016, 10:18
«Me llamo Kokuo, humana arrogante, no "cinco colas", y he hecho esto porque me apetecía, así que no te atrevas a darme las gracias por nada. "Sin sentimientos y sin consciencia", ¿eh? Veo que apuntas maneras en tu sociedad. ¿Acaso no tiene consciencia ni sentimientos un pájaro encerrado en una jaula?».
La voz resonó dentro de ella una vez más, más clara que nunca.
«Puedo leer a través de ti como un libro abierto, niña. No hagas que me arrepienta de haberte salvado la vida».
Se hizo el silencio dentro de Ayame.
—Y... yo... B... bueno... Esto... K...¿Kabocha? ¿Quién es ese? ¿Y... y quién es usted? ¿Dónde está K... Kinma? —balbuceó.
Kinma se sentó sobre los talones, con las rodillas flexionadas. Apoyó los brazos en sus muslos y cerró los ojos. Emitió un suspiro reflexivo.
—Soy aquél que se supone que os estaba guiando por la mansión, pero que en ningún momento os guió —dijo, siendo consciente de que sus palabras, en un momento como aquél, podrían malinterpretarse. Pese a todo, no se movió, y mantuvo su posición meditativa y tranquila—. Mi nombre es Katachi Kinma, pero no soy el Kinma que conocisteis, sino el auténtico. El otro decíase llamar Kinma pero no lo era. Se llamaba Kabocha, y por lo que se parece ha escapado de prisión.
Tomó aire y abrió los ojos.
—Mi orden encerró a Kabocha en un sello hace mucho, mucho tiempo —explicó—. Fue un peligroso criminal, autor de innumerables homicidios y aún más violaciones. Llegó incluso a abusar de niñas como vosotras. No sabéis lo que me alegra que estéis sanas y salvas.
»Durante esta época del año, el sello es más débil. Kabocha revirtió el sellado y se hizo con el control del recipiente. Yo quedé atrapado en el sótano, donde debía permanecer él, y él vivió libre esperando a que alguien más se acercase para seducirlo adentro y conseguir que rompiera el sello definitivamente. Parece que ha sucedido, pero... Algo me dice que hay más. ¿Qué ha pasado?
La voz resonó dentro de ella una vez más, más clara que nunca.
«Puedo leer a través de ti como un libro abierto, niña. No hagas que me arrepienta de haberte salvado la vida».
Se hizo el silencio dentro de Ayame.
—Y... yo... B... bueno... Esto... K...¿Kabocha? ¿Quién es ese? ¿Y... y quién es usted? ¿Dónde está K... Kinma? —balbuceó.
Kinma se sentó sobre los talones, con las rodillas flexionadas. Apoyó los brazos en sus muslos y cerró los ojos. Emitió un suspiro reflexivo.
—Soy aquél que se supone que os estaba guiando por la mansión, pero que en ningún momento os guió —dijo, siendo consciente de que sus palabras, en un momento como aquél, podrían malinterpretarse. Pese a todo, no se movió, y mantuvo su posición meditativa y tranquila—. Mi nombre es Katachi Kinma, pero no soy el Kinma que conocisteis, sino el auténtico. El otro decíase llamar Kinma pero no lo era. Se llamaba Kabocha, y por lo que se parece ha escapado de prisión.
Tomó aire y abrió los ojos.
—Mi orden encerró a Kabocha en un sello hace mucho, mucho tiempo —explicó—. Fue un peligroso criminal, autor de innumerables homicidios y aún más violaciones. Llegó incluso a abusar de niñas como vosotras. No sabéis lo que me alegra que estéis sanas y salvas.
»Durante esta época del año, el sello es más débil. Kabocha revirtió el sellado y se hizo con el control del recipiente. Yo quedé atrapado en el sótano, donde debía permanecer él, y él vivió libre esperando a que alguien más se acercase para seducirlo adentro y conseguir que rompiera el sello definitivamente. Parece que ha sucedido, pero... Algo me dice que hay más. ¿Qué ha pasado?
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)