16/09/2021, 21:52
(Última modificación: 5/10/2021, 22:12 por Amedama Daruu. Editado 1 vez en total.)
Datsue notó una cosa. Hanabi no le quitaba los ojos de encima. Normalmente, la mirada de Hanabi era serena, amable y moderada. Ahora parecía llena de una ira primigenia, de una fuerza extraña. El color, naranja como el fuego, parecía brillar con más intensidad. Tenía una sonrisa muy característica clavada en el rostro. Y lo más importante...
...cuando Datsue se irguió, estaba ya a cinco metros de él, desplegando un pergamino.
—Bla, bla, bla... No haces más que HABLAR. —Estalló una nube de humo, y lanzó el pergamino a un lado. Con la otra, enarboló un precioso bo de color negro con incrustaciones en forma de hélice a lo largo del cuerpo. Las puntas se incendiaron, y justo en ese instante una oleada de viento ardiente golpeó a Datsue como la onda expansiva de una pequeña explosión.
»Cállate un rato y demuéstrame que eres digno del puesto, SEXTO.
...cuando Datsue se irguió, estaba ya a cinco metros de él, desplegando un pergamino.
—Bla, bla, bla... No haces más que HABLAR. —Estalló una nube de humo, y lanzó el pergamino a un lado. Con la otra, enarboló un precioso bo de color negro con incrustaciones en forma de hélice a lo largo del cuerpo. Las puntas se incendiaron, y justo en ese instante una oleada de viento ardiente golpeó a Datsue como la onda expansiva de una pequeña explosión.
»Cállate un rato y demuéstrame que eres digno del puesto, SEXTO.