24/11/2021, 19:22
Cuando Lyndis cayó por primera vez, Ranko sonrió, confiada de que la ogresa arremetería contra ella de nuevo. Pero el verla flaquear y perder su color y musculatura monstruosa le hizo temblar.
"Oh, no... Waai-chan..."
Aunque se puso en pie, Ranko supo que algo no andaba bien. Dio un paso dudoso hacia ella.
—¿Lynn?
El rostro de la peliplateada acongojó a Ranko, quien, apenas notó que la chica caía una segunda vez, ahora inconsciente, se lanzó hacia ella.
—¡¡LYNDIS!!
Sin embargo, Chika había sido más rápida, se había interpuesto entre las combatientes y había sido la primera en evitar la caída de Lyndis. Ranko le ayudó a colocarla con sumo cuidado en el suelo. La preocupación era bastante visible en el rostro de Ranko, y sus manos temblaban con levedad. Cuando la peliazul dijo que se encontraba estable, Ranko suspiró, aliviada.
Pasó una temerosa mano por la mejilla de Lyndis. Así, inconsciente, se notaba tan vulnerable. El corazón de Ranko parecía latir a destiempo, y su estómago se revolvió.
—Luchaste m-muy bien, Lyndis. —alcanzó a decir con voz temblorosa.
Quería decirle muchas más cosas, pero la cabeza no le dio para hilar más palabras.
—Creo... Creo que la llevaré a descansar. S-si no les molesta. Gracias, Chika-san. Gracias, Kimi-san —La otra hermana Kaminari también se había acercado —. N-no, no se preocupen. Yo puedo subirla.
"Tengo que ser yo. Lo siento, Waai-chan." pensó.
Sin esperar más y sin dar más explicaciones, Ranko pasó un brazo debajo de las rodillas de Lyndis y otro bajo su torso, y la levantó. La peliplateada era más alta que Ranko, pero Ranko tenía más que suficiente fuerza para cargarla. Se disculpó con Kimi y Chika con un gesto de cabeza y fue hacia fuera del dojo. Meme se hizo a un lado para dejarla pasar sin problemas.
—Estarán bien —dijo Meme a las hermanas, despreocupada —. Para mi Hermana el entrenamiento es mucho muy importante, y se lo toma muy en serio. Pero nunca quiere lastimar a nadie de veras. Qué curioso, ¿No? Su corazón es tan grande como sus muslos.
La pelirroja rió de su propio chiste.
—Y Lyndis parece salida del mismo molde. No me preocupan. Ahora les toca a ustedes, ¿No? Entrenar, quiero decir.
Meme les sonrió mientras movía los pies juguetonamente, sentada al borde del dojo.
Mientras tanto, Ranko subiría a la inconsciente Lyndis a la habitación, y llamaría a Goromise para que le ayudara a colocar un futón y le trajera un paño húmedo. Arrodillada al lado de la peliplateada, Ranko suspiró y, con sumo cuidado, limpió el rostro de su amiga.
—Lo siento, Waai-chan. —susurró. Ranko se quedaría cuidando a Lyndis hasta que recuperara la consciencia.
"Oh, no... Waai-chan..."
Aunque se puso en pie, Ranko supo que algo no andaba bien. Dio un paso dudoso hacia ella.
—¿Lynn?
El rostro de la peliplateada acongojó a Ranko, quien, apenas notó que la chica caía una segunda vez, ahora inconsciente, se lanzó hacia ella.
—¡¡LYNDIS!!
Sin embargo, Chika había sido más rápida, se había interpuesto entre las combatientes y había sido la primera en evitar la caída de Lyndis. Ranko le ayudó a colocarla con sumo cuidado en el suelo. La preocupación era bastante visible en el rostro de Ranko, y sus manos temblaban con levedad. Cuando la peliazul dijo que se encontraba estable, Ranko suspiró, aliviada.
Pasó una temerosa mano por la mejilla de Lyndis. Así, inconsciente, se notaba tan vulnerable. El corazón de Ranko parecía latir a destiempo, y su estómago se revolvió.
—Luchaste m-muy bien, Lyndis. —alcanzó a decir con voz temblorosa.
Quería decirle muchas más cosas, pero la cabeza no le dio para hilar más palabras.
—Creo... Creo que la llevaré a descansar. S-si no les molesta. Gracias, Chika-san. Gracias, Kimi-san —La otra hermana Kaminari también se había acercado —. N-no, no se preocupen. Yo puedo subirla.
"Tengo que ser yo. Lo siento, Waai-chan." pensó.
Sin esperar más y sin dar más explicaciones, Ranko pasó un brazo debajo de las rodillas de Lyndis y otro bajo su torso, y la levantó. La peliplateada era más alta que Ranko, pero Ranko tenía más que suficiente fuerza para cargarla. Se disculpó con Kimi y Chika con un gesto de cabeza y fue hacia fuera del dojo. Meme se hizo a un lado para dejarla pasar sin problemas.
—Estarán bien —dijo Meme a las hermanas, despreocupada —. Para mi Hermana el entrenamiento es mucho muy importante, y se lo toma muy en serio. Pero nunca quiere lastimar a nadie de veras. Qué curioso, ¿No? Su corazón es tan grande como sus muslos.
La pelirroja rió de su propio chiste.
—Y Lyndis parece salida del mismo molde. No me preocupan. Ahora les toca a ustedes, ¿No? Entrenar, quiero decir.
Meme les sonrió mientras movía los pies juguetonamente, sentada al borde del dojo.
Mientras tanto, Ranko subiría a la inconsciente Lyndis a la habitación, y llamaría a Goromise para que le ayudara a colocar un futón y le trajera un paño húmedo. Arrodillada al lado de la peliplateada, Ranko suspiró y, con sumo cuidado, limpió el rostro de su amiga.
—Lo siento, Waai-chan. —susurró. Ranko se quedaría cuidando a Lyndis hasta que recuperara la consciencia.
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