26/11/2021, 20:38
Lyndis no pudo evitar soltar una breve risa ante sus palabras. Cegada por la cercanía y el intento de convencerla al menos de esa forma, de que juntas no podría pasarles nada malo. Sus manos se deslizaron lentamente sobre los brazos de Ranko, hasta pasar los hombros, después se cernió sobre ella con lentitud con sus ojos dorados todavía entreabiertos, para apoyar la cabeza sobre uno de sus hombros.
Volvió a esbozar una sonrisa, y cerró el abrazo. Tomo aire profundamente y suspiró reforzando momentáneamente el abrazo con un leve apretón.
— Me aterra que te pase algo, conejita — su voz sonaba algo quebrada, muy suave, pero no al punto de ser un susurro, levemente ronca y completamente cargada de sentimiento mientras sonreía tristemente mirando al suelo más allá de su espalda. No separaría los brazos sobre ella salvo que Ranko la obligase y mientras, respiraría sobre su pie con melancolía en la mirada. — ¿Te importa que estemos un ratito más así, conejita?
Volvió a esbozar una sonrisa, y cerró el abrazo. Tomo aire profundamente y suspiró reforzando momentáneamente el abrazo con un leve apretón.
— Me aterra que te pase algo, conejita — su voz sonaba algo quebrada, muy suave, pero no al punto de ser un susurro, levemente ronca y completamente cargada de sentimiento mientras sonreía tristemente mirando al suelo más allá de su espalda. No separaría los brazos sobre ella salvo que Ranko la obligase y mientras, respiraría sobre su pie con melancolía en la mirada. — ¿Te importa que estemos un ratito más así, conejita?
¡Gracias a Ranko por el avatar!