18/12/2021, 23:52
Cuando cerró la puerta, Meme fue a abrirla y por poco la detiene, pero recordó a tiempo que tocar a Meme es ganarse su odio incandescente y eterno y la dejó entrar. Una vez Meme había desaparecido tras la puerta, se lo pensó, dandose cuenta de que debía tener algún plan la dejó hacer.
Entonces fue cuando Kimi atacó con un arma que Chika no recordaba haberle dado.
— ¿Cómo que vestidos? ¿¡Es que será hoy!? Ay. No hemos traído el dinero para comprar vestidos. ¿Qué hacemos?
Con total confianza, algo raro en ella, sonrió de lado ante la sugerencia de su hermana.
— No seas tonta, Mi-chan,. ¿cómo va a ser hoy? — pero la sonrisa se borró de inmediato de su rostro. — ¿O sí?
Su cerebro paró el tiempo durante unos segundos. Durante dichos segundos, funcionó a toda velocidad para aclarar la gran incognita. ¿Podía ser hoy la boda? En principio, lo obvio sería decir que no. Solo de pensar en todo lo que necesitarían para llevarla a cabo saturaba a Chika.
Sin embargo, se trataba de Ranko, la misma chica que al decirle de hacer una barbacoa ni siquiera había parpadeado. Entonces entraba la verdadera pregunta, ¿podría Ranko organizar y celebrar hoy mismo la boda? La respuesta debía de ser sí. ¿Cuantas sirvientas podía tener? Tampoco tenía que ser una boda de cientos de miles de personas. Solo tenía que conseguir un par de cosas, tal vez dos pares de cosas.
Los anillos, los vestidos y a alguien que las casase. Tal vez invitar a un par de cientos de personas y darles de comer, pero eso ni siquiera tenía que hacerlo ella y el resto era facilmente comprable. Anillos hay por todas partes, igual que vestidos y seguro que alguna persona con la potestad de casar tenía la tarde libre o el bolsillo vacio. El dinero podía hacer milagros y viendo la magnitud de la riqueza de la familia Sagiso, Ranko podía obrar varios.
Definitivamente, Ranko podía organizar la boda ese mismo día. Sin embargo, tenía que aparentar serenidad y seguridad delante de su hermana pequeña.
— No, es imposible que lo haga hoy. Podría hacerlo, pero no creo... Ahora le preguntamos.
Justo entonces salió Meme, poco más o menos como había entrado. ¿Qué les había dicho? ¿Qué le habían contestado? ¿Estaban en peligro? ¿Iban a matarlas por saber su secreto? Era imposible saberlo con Meme. No era capaz de leerla.
—Chika, Kimi. Démosles un momentito, ¿Les parece? Podríamos ir preguntándole a Goromise-san sobre la comida.
— Sí, sí. Deberíamos bajar y darles algo de tiempo. Estos temas son importantes y necesitan privacidad para acordarlo todo.
— Sí, claro. Comida, la comida es importante para comer.
No sabía lo que decía, solo sabía que tenía que preguntar cuando, donde y como. Seguiría a Meme a donde la llevase, ya no recordaba ni por donde habían venido.
Entonces fue cuando Kimi atacó con un arma que Chika no recordaba haberle dado.
— ¿Cómo que vestidos? ¿¡Es que será hoy!? Ay. No hemos traído el dinero para comprar vestidos. ¿Qué hacemos?
Con total confianza, algo raro en ella, sonrió de lado ante la sugerencia de su hermana.
— No seas tonta, Mi-chan,. ¿cómo va a ser hoy? — pero la sonrisa se borró de inmediato de su rostro. — ¿O sí?
Su cerebro paró el tiempo durante unos segundos. Durante dichos segundos, funcionó a toda velocidad para aclarar la gran incognita. ¿Podía ser hoy la boda? En principio, lo obvio sería decir que no. Solo de pensar en todo lo que necesitarían para llevarla a cabo saturaba a Chika.
Sin embargo, se trataba de Ranko, la misma chica que al decirle de hacer una barbacoa ni siquiera había parpadeado. Entonces entraba la verdadera pregunta, ¿podría Ranko organizar y celebrar hoy mismo la boda? La respuesta debía de ser sí. ¿Cuantas sirvientas podía tener? Tampoco tenía que ser una boda de cientos de miles de personas. Solo tenía que conseguir un par de cosas, tal vez dos pares de cosas.
Los anillos, los vestidos y a alguien que las casase. Tal vez invitar a un par de cientos de personas y darles de comer, pero eso ni siquiera tenía que hacerlo ella y el resto era facilmente comprable. Anillos hay por todas partes, igual que vestidos y seguro que alguna persona con la potestad de casar tenía la tarde libre o el bolsillo vacio. El dinero podía hacer milagros y viendo la magnitud de la riqueza de la familia Sagiso, Ranko podía obrar varios.
Definitivamente, Ranko podía organizar la boda ese mismo día. Sin embargo, tenía que aparentar serenidad y seguridad delante de su hermana pequeña.
— No, es imposible que lo haga hoy. Podría hacerlo, pero no creo... Ahora le preguntamos.
Justo entonces salió Meme, poco más o menos como había entrado. ¿Qué les había dicho? ¿Qué le habían contestado? ¿Estaban en peligro? ¿Iban a matarlas por saber su secreto? Era imposible saberlo con Meme. No era capaz de leerla.
—Chika, Kimi. Démosles un momentito, ¿Les parece? Podríamos ir preguntándole a Goromise-san sobre la comida.
— Sí, sí. Deberíamos bajar y darles algo de tiempo. Estos temas son importantes y necesitan privacidad para acordarlo todo.
— Sí, claro. Comida, la comida es importante para comer.
No sabía lo que decía, solo sabía que tenía que preguntar cuando, donde y como. Seguiría a Meme a donde la llevase, ya no recordaba ni por donde habían venido.