10/01/2022, 08:30
—La boda será después entonces. Tendremos tiempo para ver los vestidos.
La cabeza empezaba a funcionarle a más marchas de las que tenía. Aunque fuese después no tenía el dinero para comprarle a su hermana un vestido a la altura. Tendría que aumentar la frecuencia de sus misiones.
Pero no podía estar todo el día fuera de la villa o no podría entrenar con Kimi. Podría alternar unos días D otros días C. Lo mejor sería estar fuera como mucho dos días a la semana. ¿Y si la mandaban fuera del país? Tal vez era mejor hacer D cerca de casa y no arriesgarse.
D podía hacer cada día, cada dos si le ocupan demasiado tiempo. ¿Sería suficiente para un vestido bien bonito? No tenía ni idea de cómo estaba el mercado de vestidos de boda.
—Y p-pues... Ha-habiendo aclarado eso... Pues... ¡La comida! ¿Qué...? Ahm... ¿Qué era lo que querían comer?
— Esto... no sé. Cualquier cosa está bien. ¿Tú querías algo en especial, Ka-chan?
Chika estaba con el puño bajo la barbilla y mirando al suelo, profundamente concentrada. Sin embargo, al oír Ka-chan volvió en sí y su cerebro le recordó vagamente lo que acababan de decir.
¿Comida? Cierto, tendría que prepararse la comida. Se le daba regulín cocinar. Espera, había que comer ahora. Pero había algo más importante que hacer.
— Sí, podemos comer lo que sea y volver a entrenar un rato. ¿Podemos hablar un momento a solas, Ranko-chan? — esperaba que fuese la misma Ranko quien le dijese donde ir y seguirla, mientras cambiaba el peso de una pierna a otra, impaciente.
Había esperado a un momento más sutil y no hacerlo de forma tan descarada, pero habían cambiado las reglas del juego. Iba a zambullirse en el plan mensual sino anual de conseguirle el vestido perfecto a su hermanita y no podía permitirse olvidar lo que tenía que decirle a Ranko, así que había que hacerlo ya.
La cabeza empezaba a funcionarle a más marchas de las que tenía. Aunque fuese después no tenía el dinero para comprarle a su hermana un vestido a la altura. Tendría que aumentar la frecuencia de sus misiones.
Pero no podía estar todo el día fuera de la villa o no podría entrenar con Kimi. Podría alternar unos días D otros días C. Lo mejor sería estar fuera como mucho dos días a la semana. ¿Y si la mandaban fuera del país? Tal vez era mejor hacer D cerca de casa y no arriesgarse.
D podía hacer cada día, cada dos si le ocupan demasiado tiempo. ¿Sería suficiente para un vestido bien bonito? No tenía ni idea de cómo estaba el mercado de vestidos de boda.
—Y p-pues... Ha-habiendo aclarado eso... Pues... ¡La comida! ¿Qué...? Ahm... ¿Qué era lo que querían comer?
— Esto... no sé. Cualquier cosa está bien. ¿Tú querías algo en especial, Ka-chan?
Chika estaba con el puño bajo la barbilla y mirando al suelo, profundamente concentrada. Sin embargo, al oír Ka-chan volvió en sí y su cerebro le recordó vagamente lo que acababan de decir.
¿Comida? Cierto, tendría que prepararse la comida. Se le daba regulín cocinar. Espera, había que comer ahora. Pero había algo más importante que hacer.
— Sí, podemos comer lo que sea y volver a entrenar un rato. ¿Podemos hablar un momento a solas, Ranko-chan? — esperaba que fuese la misma Ranko quien le dijese donde ir y seguirla, mientras cambiaba el peso de una pierna a otra, impaciente.
Había esperado a un momento más sutil y no hacerlo de forma tan descarada, pero habían cambiado las reglas del juego. Iba a zambullirse en el plan mensual sino anual de conseguirle el vestido perfecto a su hermanita y no podía permitirse olvidar lo que tenía que decirle a Ranko, así que había que hacerlo ya.