22/03/2022, 01:26
La misión había acabado hace varias horas, la morena debía llevar unas hierbas autóctonas de su región a un pequeño medico y su aprendiz. Fue mejor de lo que esperaba. Temia sufrir algún tipo de ataque de ansiedad y querer volver irremediablemente hasta donde la lluvia pudiera acariciar su pálida piel. Se sintió más aliviada de lo que esperaba cuando entregó aquel paquete, hasta el punto de bufar por la nariz y esbozar una muy débil sonrisa.
Ya solo quedaba volver a casa, y seguramente esperar por la siguiente vez que un pergamino con su nombre, reclamase su presencia en algún lugar de ese basto mundo. Eran pequeños y cortos pasos, pero sentía que poco a poco se estaba recuperando mentalmente de lo acontecido, y antes de darse cuenta, sus paso la llevaron al lugar donde la conocio por primera vez. Solo que esta vez, estaba sola.
Con el mundo patas arriba, retrocedió un paso cuando un par de ninjas con la bandana de la espiral volvían del lago, tal vez se había reforzado la seguridad en la Espiral, pero solo la saludaron levemente y la dejaron estar. Ella hizo lo mismo, levantando dudosa la mano.
Después, se acerco hasta la orilla. Era tan extenso como lo recordaba, tal vez incluso más, pues el centro estaba bastante alejado. Era un lugar más que especial para toda aquella nación, aunque para una forastera como ella, lo era otro sitio. Se acerco hasta uno de los árboles que se separaba varios metros del camino, y otro buen par de la orilla. Tal vez no era ese en concreto, puede que su memoria le fallara, pero se quedo bajo su copa de pie mirando sus raíces.
Ya solo quedaba volver a casa, y seguramente esperar por la siguiente vez que un pergamino con su nombre, reclamase su presencia en algún lugar de ese basto mundo. Eran pequeños y cortos pasos, pero sentía que poco a poco se estaba recuperando mentalmente de lo acontecido, y antes de darse cuenta, sus paso la llevaron al lugar donde la conocio por primera vez. Solo que esta vez, estaba sola.
Con el mundo patas arriba, retrocedió un paso cuando un par de ninjas con la bandana de la espiral volvían del lago, tal vez se había reforzado la seguridad en la Espiral, pero solo la saludaron levemente y la dejaron estar. Ella hizo lo mismo, levantando dudosa la mano.
Después, se acerco hasta la orilla. Era tan extenso como lo recordaba, tal vez incluso más, pues el centro estaba bastante alejado. Era un lugar más que especial para toda aquella nación, aunque para una forastera como ella, lo era otro sitio. Se acerco hasta uno de los árboles que se separaba varios metros del camino, y otro buen par de la orilla. Tal vez no era ese en concreto, puede que su memoria le fallara, pero se quedo bajo su copa de pie mirando sus raíces.