25/03/2022, 01:36
Hana escuchó las palabras de Siete, y contraargumentó las mismas con una reflexión de lo más singular. Sinceramente, no le faltaba razón, según como lo mirases el ser humano es el único capaz de tropezar tres veces con la misma piedra, apartarla del camino, y tropezar una cuarta vez pensando que estaría en su lugar inicial. En fin, cosas que pasan. A ésta reflexión Hayato no pudo intentar de rebatirla, no supo cómo. Tan solo quedó en silencio.
El Uzukage, rápido y audaz, cambió drásticamente el tema de conversación, preguntando por Ivvatsumi y aportando un detalle importante... que era la hija de esa mujer, Nahana. En contestación a la pregunta, la mujer lanzó un golpe que de tratarse de un combate de boxeo la habrían descalificado. Aunque bueno, a saber si a ella por el golpe, o al Uchiha por a saber lo que habría hecho... De hecho, Datsue hasta se puso más colorado que ese bigote falso que llevaba. Mucho más. Parecía un volcán a punto de erupcionar, casi incapaz de unir tres silabas seguidas. Aunque terminó entre risas aclarando que se trataba de la mayor. La mujer sin embargo no pareció titubear, y preguntó que sacaba ella a cambio.
«Se queja de cómo son la supuesta mayoría de las personas, y sin embargo a la primera de cambio está preguntando qué saca ella a cambio de un favor. Y es más, en mitad de una guerra... Que hipocresía, ¿no?.»
Hayato volvió su mirada hacia el Uzukage, a esperas de una respuesta. Ahora mismo no podía mediar palabra, tan solo era un espectador en esa curiosa negociación.
El Uzukage, rápido y audaz, cambió drásticamente el tema de conversación, preguntando por Ivvatsumi y aportando un detalle importante... que era la hija de esa mujer, Nahana. En contestación a la pregunta, la mujer lanzó un golpe que de tratarse de un combate de boxeo la habrían descalificado. Aunque bueno, a saber si a ella por el golpe, o al Uchiha por a saber lo que habría hecho... De hecho, Datsue hasta se puso más colorado que ese bigote falso que llevaba. Mucho más. Parecía un volcán a punto de erupcionar, casi incapaz de unir tres silabas seguidas. Aunque terminó entre risas aclarando que se trataba de la mayor. La mujer sin embargo no pareció titubear, y preguntó que sacaba ella a cambio.
«Se queja de cómo son la supuesta mayoría de las personas, y sin embargo a la primera de cambio está preguntando qué saca ella a cambio de un favor. Y es más, en mitad de una guerra... Que hipocresía, ¿no?.»
Hayato volvió su mirada hacia el Uzukage, a esperas de una respuesta. Ahora mismo no podía mediar palabra, tan solo era un espectador en esa curiosa negociación.