26/03/2022, 01:57
— E-Estaré bien con cualquier cosa, no te preocupes Hana. Al fin y al cabo ha sido algo de improviso
La sonrisa de Hana flaqueó durante un segundo antes de volver a su plenitud.
— Claro, sí, danos otra habitación. — no tenía nada claro qué había querido decir Ren, pero no parecía muy entusiasmada con tener que compartir cama, y tenía sentido, así que mejor asegurar.
— Uhm... por supuesto, tengo libre la del final del pasillo. Ten la llave y acomodaos, ahora os aviso para el baño. — sacó de debajo del mostrador una llave y se la pasó a Hana
— Graciaaaas. — contestó alargando el final mientras se llevaba a Ren hacia su nueva habitación.
La arrastró por el pasillo, sin aflojar el agarre ni un momento, doblaron una esquina y después fueron hasta el final del mismo. Allí estaba la habitación 5, que era el mismo numero que había en la llave que tenía Hana, abrió y pudo ver sus nuevos aposentos. Una cama individual a un lado y un pequeño escritorio con una silla al otro, con una ventana entre medias. No había absolutamente nada más en la habitación. Era algo completamente de paso, pero sobrevivirían.
— Bueno, ¿qué te parece? No es muy grande. — finalmente, le soltó la mano, en el marco de la puerta, a la espera de que entrase y probase la cama o la silla o la ventana.
La sonrisa de Hana flaqueó durante un segundo antes de volver a su plenitud.
— Claro, sí, danos otra habitación. — no tenía nada claro qué había querido decir Ren, pero no parecía muy entusiasmada con tener que compartir cama, y tenía sentido, así que mejor asegurar.
— Uhm... por supuesto, tengo libre la del final del pasillo. Ten la llave y acomodaos, ahora os aviso para el baño. — sacó de debajo del mostrador una llave y se la pasó a Hana
— Graciaaaas. — contestó alargando el final mientras se llevaba a Ren hacia su nueva habitación.
La arrastró por el pasillo, sin aflojar el agarre ni un momento, doblaron una esquina y después fueron hasta el final del mismo. Allí estaba la habitación 5, que era el mismo numero que había en la llave que tenía Hana, abrió y pudo ver sus nuevos aposentos. Una cama individual a un lado y un pequeño escritorio con una silla al otro, con una ventana entre medias. No había absolutamente nada más en la habitación. Era algo completamente de paso, pero sobrevivirían.
— Bueno, ¿qué te parece? No es muy grande. — finalmente, le soltó la mano, en el marco de la puerta, a la espera de que entrase y probase la cama o la silla o la ventana.