5/04/2022, 21:47
Los ojos de Ranko se abrieron como platos y su rostro se sonrojó tanto que brillaba como metal al rojo vivo. Figuradamente, claro. Sus dedos juguetearon nerviosamente con la tela de la blusa de Lyndis. Mordió sus labios, temblorosa.
—Waai-chan... Tú... Yo... ¿Quieres...? ¿Crees que deberíamos...?
No. No deberían. Apenas se acababan de declarar sus sentimientos algunas horas atrás, ¿Y ya querían ir más allá de los besos? Definitivamente no.
Aunque ya llevaban mucho tiempo sintiéndose así. En retrospectiva, Ranko se había sentido atraída por Lyndis casi desde el inicio, tanto física como emocionalmente. Seguir sus impulsos sería la conclusión natural de tales sentimientos. ¿No?
No. Ranko no estaba lista para eso. Y mucho menos si se hacía casi clandestinamente, mientras había invitadas en algún cuarto cercano. ¿Quería que así fuera su primera vez?
¿Pero no se trata de eso la vida? ¿De cosas peligrosas y arriesgadas? ¿Qué tal que les atacaba un bijū a la mañana siguiente y morían? Desearía entonces haber ido con Lyndis a su habitación y amarase la una a la otra, ¿No?
—Waai-chan, yo... —Los ojos de Lyndis eran dueños de la mirada de Ranko —. Muero por... Por decir que sí. Lo deseo tanto. Pero... Siento... Siento que no es el momento para... más.
Acarició su mejilla con ternura. Tal vez Lyndis no lo supiese, pero Ranko estaba usando toda su fuerza de voluntad para no ceder ante tal invitación. Puso su frente contra la de la peliplateada con delicadeza.
—Quiero que sepas q-que... Yo también te veo... Con... esos ojos. ¿Esperarás hasta que yo esté lista, Waai-chan? ¿Por favor? —preguntó con la más dulce de sus voces.
—Waai-chan... Tú... Yo... ¿Quieres...? ¿Crees que deberíamos...?
No. No deberían. Apenas se acababan de declarar sus sentimientos algunas horas atrás, ¿Y ya querían ir más allá de los besos? Definitivamente no.
Aunque ya llevaban mucho tiempo sintiéndose así. En retrospectiva, Ranko se había sentido atraída por Lyndis casi desde el inicio, tanto física como emocionalmente. Seguir sus impulsos sería la conclusión natural de tales sentimientos. ¿No?
No. Ranko no estaba lista para eso. Y mucho menos si se hacía casi clandestinamente, mientras había invitadas en algún cuarto cercano. ¿Quería que así fuera su primera vez?
¿Pero no se trata de eso la vida? ¿De cosas peligrosas y arriesgadas? ¿Qué tal que les atacaba un bijū a la mañana siguiente y morían? Desearía entonces haber ido con Lyndis a su habitación y amarase la una a la otra, ¿No?
—Waai-chan, yo... —Los ojos de Lyndis eran dueños de la mirada de Ranko —. Muero por... Por decir que sí. Lo deseo tanto. Pero... Siento... Siento que no es el momento para... más.
Acarició su mejilla con ternura. Tal vez Lyndis no lo supiese, pero Ranko estaba usando toda su fuerza de voluntad para no ceder ante tal invitación. Puso su frente contra la de la peliplateada con delicadeza.
—Quiero que sepas q-que... Yo también te veo... Con... esos ojos. ¿Esperarás hasta que yo esté lista, Waai-chan? ¿Por favor? —preguntó con la más dulce de sus voces.
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