9/04/2022, 10:54
La morena rio, alternando la mirada un breve instante entre los ojos miel de su hermana y su escuchimizado brazo, con una mirada nostálgica. Para ella finalmente pareció que todo volvió a su cauce natural. Se dejó arrastrar sin oponer resistencia, manteniendo una pequeña sonrisa llena de ilusión.
Quiso escoger algo de bollería para comer junto a su taza de leche caliente, pero seguramente Hana la regañaría y le obligaría a comer algo como una manzana o similar. Sin embargo, lo intentaría, igualmente, para discutir con ella más tarde. Cuando se sentaron a desayunar, le dio un poco de vueltas. La rubia hacía bastante hincapié en su forma física, más de lo que esperaba que hiciera o más bien no era donde esperaba que la criticara.
Su rostro seguía mostrando algo de cansancio bajo sus ojos, pero tenía mucho mejor aspecto que el día anterior cuando la encontró. Por otra parte, de la noche a la mañana, no recuperaría su fondo físico, pero no pudo dejar de pensar un poco en eso. ¿Le gustaba que estuviera en forma? ¿Exactamente el qué?
En cualquier caso debía volver a hacer ejercicio para empuñar la espada correctamente. Y aunque hasta ahora lo había hecho por su cuenta, pues Nanashi había renunciado a ese arte, este le había insistido en ayudarla buscando animarla pese a no querer volver a empuñar una espada. Aquello fue lo que le hizo darse cuenta de lo mal que estaba.
Quiso escoger algo de bollería para comer junto a su taza de leche caliente, pero seguramente Hana la regañaría y le obligaría a comer algo como una manzana o similar. Sin embargo, lo intentaría, igualmente, para discutir con ella más tarde. Cuando se sentaron a desayunar, le dio un poco de vueltas. La rubia hacía bastante hincapié en su forma física, más de lo que esperaba que hiciera o más bien no era donde esperaba que la criticara.
Su rostro seguía mostrando algo de cansancio bajo sus ojos, pero tenía mucho mejor aspecto que el día anterior cuando la encontró. Por otra parte, de la noche a la mañana, no recuperaría su fondo físico, pero no pudo dejar de pensar un poco en eso. ¿Le gustaba que estuviera en forma? ¿Exactamente el qué?
En cualquier caso debía volver a hacer ejercicio para empuñar la espada correctamente. Y aunque hasta ahora lo había hecho por su cuenta, pues Nanashi había renunciado a ese arte, este le había insistido en ayudarla buscando animarla pese a no querer volver a empuñar una espada. Aquello fue lo que le hizo darse cuenta de lo mal que estaba.