11/04/2022, 19:00
Lyndis solía dormir como una bestia y a pierna suelta. No roncaba, aunque respiraba algo fuerte, y se movía mucho a la hora de dormir. Cuando despertó, estaba completamente desparramada por el suelo, con una pierna y mano en cada punta. Parte de su ropa se había levantado hasta la mitad de su torso y no tenía ninguna manta cubriéndola, además, su alborotado pelo plateado le tapaba parte de la cara. Algo de movimiento sobre ella haría que frunciera el ceño, y acompañado de una vocecilla que llamaba a alguien en la distancia junto a algo de luz natural por parte de sol que no le daba directamente, acabaría despertandola.
Se arqueó hacia delante, y se estiró un poco tras dar un largo bostezo.
— Buff... Entre la paliza de ayer y la comida, no he podido dormir mejor... — Haría una mueca de dolor al notar algo de presión en un lateral de su costado. Giraría entonces su vista hasta Chika, y posteriormente hasta Ranko mientras se tapaba la boca con el puño, ocultando sin mucho éxito un bostezo que le hizo saltar algunas lágrimas. — Buenos días, chicas
Se arqueó hacia delante, y se estiró un poco tras dar un largo bostezo.
— Buff... Entre la paliza de ayer y la comida, no he podido dormir mejor... — Haría una mueca de dolor al notar algo de presión en un lateral de su costado. Giraría entonces su vista hasta Chika, y posteriormente hasta Ranko mientras se tapaba la boca con el puño, ocultando sin mucho éxito un bostezo que le hizo saltar algunas lágrimas. — Buenos días, chicas
¡Gracias a Ranko por el avatar!