12/04/2022, 23:26
El entrenamiento nunca le iba a venir mal, eso desde luego. Con o sin Kurama al acecho.
—Uno, ¿eh? Yo controlo… Bueno, los cinco. —Ventajas de tener el Sharingan—. Pero oye, al final si alcanzas la maestría con uno, tampoco es que te hagan falta más.
Además, no todos podían controlar más de un elemento. Ya tres… tenías que ser un jodido prodigio, y poseer una afinidad especial con los elementos.
Acabados los bocadillos, los jóvenes retomaron el camino. Todavía les quedaba una larga travesía, y no fue hasta la noche que llegaron a la estación de Yachi. Tenían la opción de quedarse a dormir en la ciudad, pero Datsue consideró que podían aprovechar el camino en tren hasta Shinogi-to para dormir. Después de todo, era un trayecto largo e ininterrumpido, perfecto para echarse un buen sueño.
El Uchiha se despertó ya por la mañana, con el sonido de la lluvia golpeando el cristal de la ventana y la bocina del tren anunciando la llegada inminente a la estación. Por primera vez en todo el viaje, Datsue dejó atrás el disfraz cuando salieron de su compartimento. Vestido con sus habituales prendas y el sombrero de Uzukage colgándole del cuello, tras la espalda, levantó miradas y murmullos a su alrededor.
No le importó. No era de esa clase de personas que se sentían cohibidas cuando eran el centro de atención.
Afuera, hacía un frío del carajo comparado con el País de la Espiral, y la intensa lluvia no ayudaba. Por suerte para él, conocía una técnica apropiada para aquello. Con una simple tanda de sellos, acumuló chakra en el interior del estómago, que prendió en unas controladas y pequeñas llamas como con cualquier técnica Katon. En lugar de expulsarlas, sin embargo, se quedaron ahí, pequeñas y controladas, calentándole desde el interior.
—Estamos como a… Una hora o dos de Amegakure. Nunca he hecho el camino, espero que no nos perdamos —comentó a Hayato, en voz baja, mientras salían de la estación con medio mundo mirándoles.
—Uno, ¿eh? Yo controlo… Bueno, los cinco. —Ventajas de tener el Sharingan—. Pero oye, al final si alcanzas la maestría con uno, tampoco es que te hagan falta más.
Además, no todos podían controlar más de un elemento. Ya tres… tenías que ser un jodido prodigio, y poseer una afinidad especial con los elementos.
Acabados los bocadillos, los jóvenes retomaron el camino. Todavía les quedaba una larga travesía, y no fue hasta la noche que llegaron a la estación de Yachi. Tenían la opción de quedarse a dormir en la ciudad, pero Datsue consideró que podían aprovechar el camino en tren hasta Shinogi-to para dormir. Después de todo, era un trayecto largo e ininterrumpido, perfecto para echarse un buen sueño.
El Uchiha se despertó ya por la mañana, con el sonido de la lluvia golpeando el cristal de la ventana y la bocina del tren anunciando la llegada inminente a la estación. Por primera vez en todo el viaje, Datsue dejó atrás el disfraz cuando salieron de su compartimento. Vestido con sus habituales prendas y el sombrero de Uzukage colgándole del cuello, tras la espalda, levantó miradas y murmullos a su alrededor.
No le importó. No era de esa clase de personas que se sentían cohibidas cuando eran el centro de atención.
Afuera, hacía un frío del carajo comparado con el País de la Espiral, y la intensa lluvia no ayudaba. Por suerte para él, conocía una técnica apropiada para aquello. Con una simple tanda de sellos, acumuló chakra en el interior del estómago, que prendió en unas controladas y pequeñas llamas como con cualquier técnica Katon. En lugar de expulsarlas, sin embargo, se quedaron ahí, pequeñas y controladas, calentándole desde el interior.
—Estamos como a… Una hora o dos de Amegakure. Nunca he hecho el camino, espero que no nos perdamos —comentó a Hayato, en voz baja, mientras salían de la estación con medio mundo mirándoles.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado