20/05/2022, 01:06
Eran tiempos duros y oscuros en Amegakure, pero aún con la partida de la Tormenta, las gotas jamás dejaban de caer sobre la aldea. La lluvia seguiría eternamente cayendo, y nuevos shinobi habrían de seguir sus pasos. El crudo invierno en la aldea causaba que las tempestades fueran mucho más frías y copiosas, como si se trataran de un augurio para lo que estaba por suceder.
En uno de los salones de práctica de la academia, un jōnin leía tres reportes. Pese a todo el estruendo, su trabajo era encaminar a los nuevos genins que recién se alistaban a la vida shinobi. Oh, pobres de ellos que les tocaba vivir en la época donde los tambores de guerra resonarían.
Dio una calada a su cigarro, una de las chicas realmente tenía al menos un par de misiones en la bolsa, pero al otro par aún no se les había exprimido nada del jugo.
Suspiró y se rascó la nuca. ¿Cómo se suponía que debía lidiar con eso? Yamaoka Ryutaro era un shinobi dedicado a estar siempre en primera fila, pero nunca fue reconocido por su paciencia. ¿Y ahora tenía que cuidar de tres niños? En cualquier momento podrían mandarlos a la guerra, morir. No quería ni pensar en la idea de pasar por eso, pero ahí estaba, esperando.
El jōnin tenía pelo largo y una coleta larga, cuyos cabellos y ojos eran de un color negro ceniza, pero más allá de el resto de su aspecto era tal cuál lo que se esperaría de un shinobi de su rango. De pies a cabeza lucía como el ninja genérico con uniforme militar y bandana en la frente. Aguardaba pues, en el salón, escondido e invisible en algún lugar donde incluso si los genin llegasen no lo viesen. Quería primero observarlos en secreto para analizarlos. ¿O quizá sólo estaba demasiado asustado como para entablar una conversación a primera instancia?
Cada uno de los genins había recibido un pergamino en sus hogares, siendo que sólo faltaba que se presentasen al lugar indicado.
La sala que les esperaba era una antigua sala de simulación de clima desértico, siendo que había bastante arena por doquier, aunque el lugar en sí estaba bastante templado.