19/06/2022, 20:23
Había sido un largo dia de entrenamiento. Tras su reencuentro, y recuperar esas ganas por vivir, Ren estaba entrenando a contrarreloj para la próxima vez que volviera a ver a Hana. Con nada más que un bokken y sus ganas, se levantaba temprano para ir a entrenar al Torreón de Pruebas. Empezaba con varios estiramientos durante cerca de una hora, después algo de pesas y posteriormente se partía la boca con cualquiera que estuviera dispuesto allí, sin importar su especialidad. Poco a poco, empezaba a recuperar los reflejos que estar durante tanto tiempo, parada había perdido, así como tal vez un poco más extra que tampoco le vendría mal.
Como empezaba a ser habitual, perdía la noción del tiempo dentro del edificio, pues aunque hubiera ventanas, las oscuras nubes de Amegakure era un poco difícil saber una aproximación de la hora que era sin tener un reloj. Comía un par de obentos que Nanashi le había preparado a lo largo del día y cuando empezaba a desaparecer la gente para volver a sus casas, Ren recogía sus pertenencias y tomaba una ducha en los baños. Aquella noche, estaba realmente cansada, pero sentía que comenzaba a hacer progresos en sus capacidades.
Para su desgracia, la comida que Nanashi había preparado no había sido suficiente para saciar su apetito a esas horas de la noche. En su trayecto, uno de los muchos locales de comida anunciaba en la entrada con un pequeño cartel en el suelo el hecho de que se sucedería un espectáculo del cual los comensales podían disfrutar de mientras.
« Cena con espectáculo, ¿uh? No suena tan mal »
La morena entró en el local, llevando a la espalda bolsa donde guardaba su shinai. Vestía con ropa negra sencilla y larga, aunque su camisa tenía un cuello bastante ancho que podía llegar a dejar su hombro al descubierto si se lo colocara debidamente, dejando mostrar una camisa interior blanca. En cuanto localizó la barra, se dirigió sin prestar mucha más atención a su alrededor.
— Oé ¿que hay en el menú? Me vale cualquier cosa, estoy muerta de hambre — dijo sin fuerza en sus hombros, y exagerando un poco la expresión de su rostro, no para dar pena, sino porque era natural en ella.
Como empezaba a ser habitual, perdía la noción del tiempo dentro del edificio, pues aunque hubiera ventanas, las oscuras nubes de Amegakure era un poco difícil saber una aproximación de la hora que era sin tener un reloj. Comía un par de obentos que Nanashi le había preparado a lo largo del día y cuando empezaba a desaparecer la gente para volver a sus casas, Ren recogía sus pertenencias y tomaba una ducha en los baños. Aquella noche, estaba realmente cansada, pero sentía que comenzaba a hacer progresos en sus capacidades.
Para su desgracia, la comida que Nanashi había preparado no había sido suficiente para saciar su apetito a esas horas de la noche. En su trayecto, uno de los muchos locales de comida anunciaba en la entrada con un pequeño cartel en el suelo el hecho de que se sucedería un espectáculo del cual los comensales podían disfrutar de mientras.
« Cena con espectáculo, ¿uh? No suena tan mal »
La morena entró en el local, llevando a la espalda bolsa donde guardaba su shinai. Vestía con ropa negra sencilla y larga, aunque su camisa tenía un cuello bastante ancho que podía llegar a dejar su hombro al descubierto si se lo colocara debidamente, dejando mostrar una camisa interior blanca. En cuanto localizó la barra, se dirigió sin prestar mucha más atención a su alrededor.
— Oé ¿que hay en el menú? Me vale cualquier cosa, estoy muerta de hambre — dijo sin fuerza en sus hombros, y exagerando un poco la expresión de su rostro, no para dar pena, sino porque era natural en ella.