18/07/2022, 23:09
Daruu observó a Ayame con una mueca triste. Luego bajó la cabeza y suspiró, cerrando los ojos. No dio ninguna explicación, tan sólo se mantuvo en silencio y dejó que el sonido de la lluvia lo llenase. El sonido de las gotas cayendo de las rebosantes hojas de los árboles a los grandes charcos anegados de barro de detrás del estanque del parque. El de los pájaros bañándose en sus aguas.
Paz.
Quizás es eso lo que Ayame buscaba en aquél santuario alejado del ruido y el ajetreo de la ciudad de Amegakure. Quizás por eso no pronunciase palabra alguna. Quizás tenía miedo de romper el silencio.
Y tener que verse forzada a usar su voz para abrir una supurante y dolorosa herida.
—¿Qué tal va la cosa, Shukaku?
Paz.
Quizás es eso lo que Ayame buscaba en aquél santuario alejado del ruido y el ajetreo de la ciudad de Amegakure. Quizás por eso no pronunciase palabra alguna. Quizás tenía miedo de romper el silencio.
Y tener que verse forzada a usar su voz para abrir una supurante y dolorosa herida.
—¿Qué tal va la cosa, Shukaku?
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)