14/02/2016, 17:51
(Última modificación: 16/02/2016, 21:55 por Uzumaki Eri.)
Por suerte, su sentido de la orientación había mejorado con el tiempo y en cuanto los médicos habían conseguido sanarla lo justo y necesario para que volviese a mover sus brazos libremente y sin notar más dolor que una incómoda sensación de malestar en el hombro, - a regañadientes - había conseguido dejar de ser atendida por ellos, ya que, no entendía por qué, algunos de los médicos y enfermeras que le habían atendido dejaban ver un poco de admiración por la pequeña shinobi y su especialidad como médica. Ésta, cohibida, se deshizo de admiradores alegando que ella no era nada del otro mundo y por fin era libre de sus preguntas. Por eso, ahí se encontraba, caminando por los pasillos del hospital para dar con la habitación que soñaba con visitar lo poco que allí llevaba.
No tardó mucho - y con suerte -, encontró la habitación 214. Entró con el corazón latiéndole en la garganta, y allí lo encontró, tumbado en la cama. No sabía cómo se encontraba ni que daños había recibido o había dejado de recibir.
Con un hilo de voz, saludó. - Buenos días, Nabi... -. Situándose al lado de la cama de sábanas blancas donde reposaba el Uchiha, ni si quiera sabía si estaba dormido.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)