14/10/2022, 16:33
Mientras las chicas hablaban, una más se acercaba, muy lentamente, caminando de manera torpe entre las mesas. Llevaba el cabello rosa pálido suelto, hasta los hombros, y vestía un suéter que le quedaba al menos dos tallas más grande, de manera que sus manos estaban ocultas.
Mientras tanto, la peliverde rió ante el comentario de la morena.
—Wow, sí, ésa ha sido de las mejores cosas que he escuchado, sí. ¡Ja! No, no hemos grabado nada. Sólo presentamos en vivo. Lo hemos mencionado un par de veces, pero nada de cintas aún. Así que te tocará visitarnos de nuevo —Se encogió de hombros. Su sonrisa era menos antipática que antes, como si se hubiese puesto de auténtico buen humor —. Podemos compartir nuestro itinerario si quieres.
La peliazul alta comía tranquilamente, volteando a ver a sus dos compañeras de vez en cuando.
Suzume abrazó a Miki, riendo.
—¡Woah! ¡Me encanta tu energía, Miki-chan! Bueno, ¡yo te buscaré entre la audiencia, entonces! —Mientras la abrazaba, hablaría con la peliazul —. Gusto en conocerte, Chika-san. ¡Y a tu adorable hermanita también! Gracias por venir a vernos. No te preocupes, a las chicas no les molesta, ¿Verdad, Shao-chan, Odorihime-chan?
La de pelo azul negó, regalándole una sonrisa a las hermanas. La de pelo verde se encogió de hombros con una mueca.
—¿Ven? Si no pudiéramos permitirlo, nos quedaríamos todo el tiempo tras bambalinas jaja.
Cuando Miki la soltara, Suzume también le regalaría una reverencia a las hermanas y se despediría de ellas con la mano. Sin embargo, al voltearse verían a la chica del suéter justo enfrente de Miki. Era casi tan alta como Chika, y se notaba ligeramente más joven. Parecía estar muy nerviosa, y no parpadeaba.
—Quisiera... Abrazar a Suzume-chan... También. Por favor. —susurró.
Mientras tanto, la peliverde rió ante el comentario de la morena.
—Wow, sí, ésa ha sido de las mejores cosas que he escuchado, sí. ¡Ja! No, no hemos grabado nada. Sólo presentamos en vivo. Lo hemos mencionado un par de veces, pero nada de cintas aún. Así que te tocará visitarnos de nuevo —Se encogió de hombros. Su sonrisa era menos antipática que antes, como si se hubiese puesto de auténtico buen humor —. Podemos compartir nuestro itinerario si quieres.
La peliazul alta comía tranquilamente, volteando a ver a sus dos compañeras de vez en cuando.
Suzume abrazó a Miki, riendo.
—¡Woah! ¡Me encanta tu energía, Miki-chan! Bueno, ¡yo te buscaré entre la audiencia, entonces! —Mientras la abrazaba, hablaría con la peliazul —. Gusto en conocerte, Chika-san. ¡Y a tu adorable hermanita también! Gracias por venir a vernos. No te preocupes, a las chicas no les molesta, ¿Verdad, Shao-chan, Odorihime-chan?
La de pelo azul negó, regalándole una sonrisa a las hermanas. La de pelo verde se encogió de hombros con una mueca.
—¿Ven? Si no pudiéramos permitirlo, nos quedaríamos todo el tiempo tras bambalinas jaja.
Cuando Miki la soltara, Suzume también le regalaría una reverencia a las hermanas y se despediría de ellas con la mano. Sin embargo, al voltearse verían a la chica del suéter justo enfrente de Miki. Era casi tan alta como Chika, y se notaba ligeramente más joven. Parecía estar muy nerviosa, y no parpadeaba.
—Quisiera... Abrazar a Suzume-chan... También. Por favor. —susurró.