25/10/2022, 18:33
Si las miradas matasen, las dos chicas ya estarían intentando rematarse mutuamente en el Infierno. Durante un muy largo segundo, Miki le mantuvo la mirada a Tsubame, hasta que Chika habló.
— ¡Tranquila! Estoy bien. —Dijo, abrazándole el brazo a su hermana.
Era sorprendente lo rápido que había vuelto a ser la Miki que Chika conocía. No había rastro de las intenciones asesinas de antes en ella, o al menos, no lo aparentaba (Carisma 70).
Mientras andaban devuelta a la mesa, todavía estaría mirando tras de sí para asegurarse de que todo fuese bien y Suzume no le estuviese poniendo los cuernos tan pronto. Incluso después de sentarse en su silla, la chiquilla no apartaba la mirada de la mesa de Suzume.
— ¡Tranquila! Estoy bien. —Dijo, abrazándole el brazo a su hermana.
Era sorprendente lo rápido que había vuelto a ser la Miki que Chika conocía. No había rastro de las intenciones asesinas de antes en ella, o al menos, no lo aparentaba (Carisma 70).
Mientras andaban devuelta a la mesa, todavía estaría mirando tras de sí para asegurarse de que todo fuese bien y Suzume no le estuviese poniendo los cuernos tan pronto. Incluso después de sentarse en su silla, la chiquilla no apartaba la mirada de la mesa de Suzume.