15/02/2016, 17:03
No sintió la llegada de Yota hasta que éste se acuclilló para quedar a la altura de la joven huérfana y la rozó con dos dedos su barbilla, ¿estaría preocupado? Eri hipó mientras se limpiaba una lágrima que rodaba por su mejilla izquierda y asintió con un leve movimiento con la cabeza. Pero antes de contestar al pelirrojo con una respuesta sólida mezclada con balbuceos y murmullos, escuchó a Kaido por detrás de Yota, de pie y observándolos como si de un hombre que nunca se tropezara se tratase.
—¿Qué edad tienes, 8? —comentó austero— levántate, anda... tenemos que encontrar la calabaza perfecta para que lleves a casa.
Sin pararse a escuchar lo siguiente de lo que había hecho mención el shinobi de Ame, la chica comenzó a sollozar en silencio, haciendo fuerza para que el roce de los dedos de su compañero de villa se hiciese hacia un lado para poder llorar sin que la mirasen. ¡Él no sabía sobre el daño que se había hecho en la cara, jopetas! Hizo un puchero a sus manos que eran su único público mientras llovía sobre ellas.
Sin embargo, su berrinche fue a más, y de su interior empezaron a brotar palabras sin sentido que tomaban dirección hacia su salida, hacia la garganta de la joven. Se mordió el labio inferior para no soltarlas, pero ya era tarde.
-¡Aunque yo tenga una edad mental de ocho años, al menos no soy una cara de pez! - Le sacó la lengua aún con restos de lágrimas en la cara y sin dudarlo dos veces tomó las manos del Sasagani. Una vez incorporada depositó un beso en la mejilla del mismo. -Gracias, Yota-niisan - Murmuró, sonrojada.
Entonces, con paso tranquilo, se alejó lo suficiente para tomar una calabaza del tamaño de la palma de su mano, totalmente inmadura, y sin sopesar lo que podría ocasionar aquel acto, se la lanzó a la cabeza al de cabellos lisos y azules.
Ni si quiera se quedó para ver su reacción, salió corriendo sin esperar un nuevo reproche por su parte.
—¿Qué edad tienes, 8? —comentó austero— levántate, anda... tenemos que encontrar la calabaza perfecta para que lleves a casa.
Sin pararse a escuchar lo siguiente de lo que había hecho mención el shinobi de Ame, la chica comenzó a sollozar en silencio, haciendo fuerza para que el roce de los dedos de su compañero de villa se hiciese hacia un lado para poder llorar sin que la mirasen. ¡Él no sabía sobre el daño que se había hecho en la cara, jopetas! Hizo un puchero a sus manos que eran su único público mientras llovía sobre ellas.
Sin embargo, su berrinche fue a más, y de su interior empezaron a brotar palabras sin sentido que tomaban dirección hacia su salida, hacia la garganta de la joven. Se mordió el labio inferior para no soltarlas, pero ya era tarde.
-¡Aunque yo tenga una edad mental de ocho años, al menos no soy una cara de pez! - Le sacó la lengua aún con restos de lágrimas en la cara y sin dudarlo dos veces tomó las manos del Sasagani. Una vez incorporada depositó un beso en la mejilla del mismo. -Gracias, Yota-niisan - Murmuró, sonrojada.
Entonces, con paso tranquilo, se alejó lo suficiente para tomar una calabaza del tamaño de la palma de su mano, totalmente inmadura, y sin sopesar lo que podría ocasionar aquel acto, se la lanzó a la cabeza al de cabellos lisos y azules.
Ni si quiera se quedó para ver su reacción, salió corriendo sin esperar un nuevo reproche por su parte.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)