11/11/2022, 17:10
Odorihime se llevó una palma a la cara por un momento.
—S-sólo estaba... Olvídalo. Lo del siguiente evento y la práctica sigue en pie, si quieres. No hagas caso a Suzume, no... No hacía eso. —puso los ojos en blanco. Suspiró, y aunque parecía levemente decepcionada, no se mostró muy diferente a como había estado antes.
Sin embargo, tanto Odorihime como Shao ahora prestaban atención a Tsubame. A pesar de que Miki se le acercaba con todas las buenas intenciones habidas y por haber, la pelirrosa la fulminaba con la mirada con un intenso e irracional odio. Bueno, para ella sí tenía razón. ¿Cómo se había atrevido a abrazar primero a Suzume?
Parecía apretar los puños bajo su suéter, lista para moverse, pero entonces Suzume habló.
—Así es, ¡No hay razón para enfadarse con Tsubame-chan! —la cantante le dirigió una enorme sonrisa a ambas. En especial a Miki, pues apreció que quisiera ayudar de tan buena manera.
Con leve resistencia, Tsubame dejó que la chica tomara y mostrara sus manos. Tuvo que correr las mangas un poco, pues el suéter le quedaba en realidad grande. Tsubame respiraba con rapidez y dificultad en este punto.
En su mano derecha, había una tijera. Era del tipo escolar, de punta redonda. La asía con mucha fuerza.
En su mano izquierda había un mechón de brillante cabello rojo.
—S-sólo estaba... Olvídalo. Lo del siguiente evento y la práctica sigue en pie, si quieres. No hagas caso a Suzume, no... No hacía eso. —puso los ojos en blanco. Suspiró, y aunque parecía levemente decepcionada, no se mostró muy diferente a como había estado antes.
Sin embargo, tanto Odorihime como Shao ahora prestaban atención a Tsubame. A pesar de que Miki se le acercaba con todas las buenas intenciones habidas y por haber, la pelirrosa la fulminaba con la mirada con un intenso e irracional odio. Bueno, para ella sí tenía razón. ¿Cómo se había atrevido a abrazar primero a Suzume?
Parecía apretar los puños bajo su suéter, lista para moverse, pero entonces Suzume habló.
—Así es, ¡No hay razón para enfadarse con Tsubame-chan! —la cantante le dirigió una enorme sonrisa a ambas. En especial a Miki, pues apreció que quisiera ayudar de tan buena manera.
Con leve resistencia, Tsubame dejó que la chica tomara y mostrara sus manos. Tuvo que correr las mangas un poco, pues el suéter le quedaba en realidad grande. Tsubame respiraba con rapidez y dificultad en este punto.
En su mano derecha, había una tijera. Era del tipo escolar, de punta redonda. La asía con mucha fuerza.
En su mano izquierda había un mechón de brillante cabello rojo.