24/11/2022, 00:34
—Saki es la guardiana de Suzume —Odorihime explicó, algo nerviosa —. Es muy estricta. Le costó mucho a Suzume convencerla de que estaría bien venir sola. B-bueno, con nosotras. Hoy Saki estaba ocupada, y no podía venir. Nos dijo... —palideció también —. Que si algo le pasaba a Suzume, nos haría lo mismo diez veces como castigo por no cuidarla.
Tanto Shao como Odorihime se veían honestamente aterradas de Saki. La cantante, por su parte, no parecía tener miedo de su guardiana, sino de las palabras de ésta.
—No habría... No habría podido... Hacer nada...
A Miki y Chika no les costaría nada alcanzar y detener a Tsubame. Era una jovencita, después de todo, y no era una ninja como las Kaminari.
—¡Suéltame! —gritó la pelirrosa fieramente cuando Chika la tomó del hombro. Quiso liberarse, pero no pudo —. ¡Déjame ir, maldita sea! ¡DÉJAME!
Con el mango de la tijera, intentó golpear la mano que le apresaba.
Mientras tanto, Suzume se levantó de su asiento, nerviosa.
—Creo... Creo que debería irme.
Shao y Odorihime le miraron sorprendidas, pero no dijeron nada. No se les ocurría cómo aliviar la situación. La peliverde miró a Ren, comp pidiendo ayuda en silencio.
Tanto Shao como Odorihime se veían honestamente aterradas de Saki. La cantante, por su parte, no parecía tener miedo de su guardiana, sino de las palabras de ésta.
—No habría... No habría podido... Hacer nada...
A Miki y Chika no les costaría nada alcanzar y detener a Tsubame. Era una jovencita, después de todo, y no era una ninja como las Kaminari.
—¡Suéltame! —gritó la pelirrosa fieramente cuando Chika la tomó del hombro. Quiso liberarse, pero no pudo —. ¡Déjame ir, maldita sea! ¡DÉJAME!
Con el mango de la tijera, intentó golpear la mano que le apresaba.
Mientras tanto, Suzume se levantó de su asiento, nerviosa.
—Creo... Creo que debería irme.
Shao y Odorihime le miraron sorprendidas, pero no dijeron nada. No se les ocurría cómo aliviar la situación. La peliverde miró a Ren, comp pidiendo ayuda en silencio.