2/01/2023, 00:06
(Última modificación: 2/01/2023, 00:07 por Tsukiyama Daigo.)
Durante un rato, las chicas no pudieron encontrar ninguna pista que les ayudase. No encontraron huellas, ni gente, ni nada. Kimi empezaba a temer lo peor, pero aún así no dejó de buscar ni de gritar el nombre de Mitsu con la esperanza de encontrarla, hasta que un grito más fuerte resonó por todo el cementerio.
«¿¡Suzume-san!?»
Buscó a Ren con la mirada rápidamente, antes de empezar a moverse hacia ella y hacia Suzume, sin soltar a Shio en ningún momento. Tenía que llegar rápido hacia Suzume, pero si en el proceso perdía a Ren de vista ya sería tres personas desaparecidas. No podía permitir que aquellos sucediese.
— ¡Suzume-san! —Gritaba su nombre mientras la buscaba—. Chispas...
No había rastro alguno de Suzume en ningún lado. Ni huellas, ni marcas, ni nada... pero no habría podido desaparecer así sin más ¿verdad? Eso era imposible. Sí. Eso era completamente imposible. Si Suzume había desaparecido, tenía que haber dejado un rastro en algún lado. Solo tenía que ver mejor, así que, solo por esta vez, decidió arriesgarse un poco.
Dejó la cesta de flores en el suelo y sacó una botella de agua que se bebió de golpe. Shio, que estaba pegada a Kimi, podría sentir su corazón latir con muchísima más fuerza de la que debería latir cualquier corazón, a la vez que su ojo derecho empezaba a brillar en rojo.
— Vamos... tiene que estar por aquí... —Se decía, mientras se concentraba en buscar cualquier tipo de pista o marca en el suelo.
«¿¡Suzume-san!?»
Buscó a Ren con la mirada rápidamente, antes de empezar a moverse hacia ella y hacia Suzume, sin soltar a Shio en ningún momento. Tenía que llegar rápido hacia Suzume, pero si en el proceso perdía a Ren de vista ya sería tres personas desaparecidas. No podía permitir que aquellos sucediese.
— ¡Suzume-san! —Gritaba su nombre mientras la buscaba—. Chispas...
No había rastro alguno de Suzume en ningún lado. Ni huellas, ni marcas, ni nada... pero no habría podido desaparecer así sin más ¿verdad? Eso era imposible. Sí. Eso era completamente imposible. Si Suzume había desaparecido, tenía que haber dejado un rastro en algún lado. Solo tenía que ver mejor, así que, solo por esta vez, decidió arriesgarse un poco.
Dejó la cesta de flores en el suelo y sacó una botella de agua que se bebió de golpe. Shio, que estaba pegada a Kimi, podría sentir su corazón latir con muchísima más fuerza de la que debería latir cualquier corazón, a la vez que su ojo derecho empezaba a brillar en rojo.
— Vamos... tiene que estar por aquí... —Se decía, mientras se concentraba en buscar cualquier tipo de pista o marca en el suelo.